Edgar Fonseca, editor/ Foto PAC
El presidente electo Carlos Alvarado intensificó ayer su presión para que se apruebe urgente la reforma fiscal pendiente de trámite legislativo y ante la que los sindicatos amenazan con una huelga nacional.
Su posición la externó tras un encuentro en Casa Presidencial con representantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ante quienes dijo que la incorporación del país a esa instancia será una prioridad de su gestión.
Alvarado –según una versión oficial dada a conocer a las 9:12 p.m.– admitió como urgente que la Asamblea Legislativa apruebe la ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y la Ley de Eficiencia en la Asignación del Gasto Público, en discusión en la Asamblea Legislativa.
Los dirigentes sindicales amenazan con una huelga nacional el 25 de abril si esos proyectos no son retirados de la corriente legislativa.
Presión de la OCDE
Alvarado hizo sus manifestaciones coincidente con la presión ejercida por el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, quien fustigó el deterioro del desempeño fiscal de Costa Rica, con nueve años consecutivos de déficit primario y la deuda prácticamente se duplicó del 2008 a la actualidad, según la versión oficial.
Gurría y la comitiva de la OCDE se reunieron ayer con diputados y remacharon sobre la urgencia de aprobar estos proyectos. “La deuda se disparará si no se toman medidas urgentes”, previno.
Prioridad incorporarnos
Alvarado ratificó que la culminación del proceso de ingreso de Costa Rica a la OCDE será una de las prioridades de su gestión.
Ratificó que la adhesión es un proceso de amplio consenso nacional.
Al presidente electo lo acompañaron el ministro de Comercio Exterior, Alexander Mora, el ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, el vicepresidente electo, Marvin Rodríguez y su esposa Claudia Dobles.
También participaron futuros integrantes del equipo económico como Edna Camacho, André Garnier y Francisco Delgado, entre otros.
Alvarado –según la versión oficial– insistió que para lograr el ingreso a la OCDE es imperativo que el país avance en medidas de control del déficit para sanear las finanzas públicas, dar una buena señal a las calificadoras de riesgo y cumplir con una serie de recomendaciones hechas por los comités de la OCDE.