Edgar Fonseca, editor/ Foto RealMadrid.com
Cubierto con la bandera tricolor, nuestro astro europeo, Keylor Navas, vivió otra jornada de gloria esta noche –mediodía de Costa Rica– en Kiev, al celebrar, 3-1, la decimotercera copa de Champions League con el Madrid ante el Liverpool.
Keylor alzó la histórica copa europea, en un partidazo donde el héroe fue el galés Bale con dos golazos, uno de chilena y, a un regalo –el segundo, el primero fue para Benzema– en una noche de pesadilla del portero inglés Karius.
Keylor vivió una jornada tranquila y segura, salvó el gol del 1-1, al 58´, ante disparo a bocadejarro de Mané.
“Infinitas gracias a Dios por que ha respaldado todos mis sueños”, dijo Keylor tras esta nueva grandiosa noche en su carrera.
Con alma, corazón y fuego, dice Marca de Madrid
Si el futbol es solo un simple deporte, entonces la música es solo un ruido y el corazón solo es un órgano. Pero todos sabemos que no es así. Porque el fútbol tiene alma, la música es una mezcla celestial de sonidos y el corazón simplemente mueve el mundo. Si el Real Madrid es sólo un equipo de fútbol, entonces la Copa de Europa sería un trofeo más en las vitrinas. Pero todos sabemos que no es así. Porque el Real Madrid no es uno más, es el equipo de fútbol vestido con camiseta blanca que acaba de ganar en Kiev su 13ª Copa de Europa tras imponerse al Liverpool (3-1) y la Copa de Europa no necesita ninguna presentación. El Madrid triunfó en su competición favorita, que no es nuevo, sino viejo, eterno, lo de siempre. Lo hizo a su manera, con alma, corazón y juego, con el aplomo de toda la vida, como el Madrid por su casa en las finales continentales, con la gloria por bandera porque la gloria en Europa es él. De fondo, la banda sonora de su vida: We are The Champions.
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Eternamente campeón, dice As
“Eternamente campeón”, destaca la crónica de As, Madrid y añade: “Eso ha sido el Madrid desde que puso un pie en Europa, hace 62 años. En aquel pionero ha cambiado la música (de las mocitas a Red One, de Di Stéfano a Cristiano) y se ha mantenido la letra: un equipo resistente a la adversidad y agónico como nadie en las duras (la primera media hora) e implacable en las maduras. Un equipo que en estos trances se maneja con la frialdad del hielo, en terminología de Klopp, y que se llevó por delante a su Liverpool en Kiev. Un equipo que ha aprendido a ganar ganando, que ha sabido limpiar su trauma de 32 años sin conquistar un título y que ahora cumple 37 sin perder una final. Un equipo de época y de todas las épocas, una leyenda interminable para la que a veces no hay explicación. Y con el adorno de una chilena de Bale para la eternidad que simbolizará la Decimotercera. El galés recorrió a la velocidad del sonido el trayecto del banquillo al cielo”, agrega As.