Edgar Fonseca, editor/Foto Fifa.com
Aún caliente el cruento desenlace del choque ante Brasil, que nos despidió tempraneramente de Rusia 2018, Jorge Luis Pinto, desde las gradas del majestuoso estadio olímpico de San Petersburgo, se mostró generoso con la Sele.
“Hoy la selección mereció más, le jugaron muy bien a Brasil. ¡Ánimo, hay que seguir!”, disparó.
Así el impredecible técnico cafetero, que nos llevó al mayor goce futbolero de nuestra historia en Brasil 2014, evitó sumarse al juzgamiento, a ese linchamiento con que algunos se han lanzado en razón de la decepcionante participación en Rusia.
“No estoy en Buenos Aires durante estos días, por suerte. Imagino que desde las pantallas de televisión en estos momentos debe estar saliendo fuego. Fuego y sangre. Para destruir a los demás siempre hay gente dispuesta. No soy yo el que lo va a hacer”, dijo el célebre técnico argentino Carlos Bianchi tras la paliza ante Croacia.
Llueve fuego y llueve sangre sobre San José tras el raquítico desempeño mostrado en Rusia y no hay por qué sumarse a ello…
No parece correcto linchar a una buena parte de aquellos que corrimos a aclamar como héroes tras Brasil 2014.
Aquellos que nos hicieron lanzarnos a las calles, avenidas, rotondas y a colmar la Fuente de la Hispanidad a pitar, gritar y correr como locos con cada una de las gestas en tierras cariocas.
No parece noble sumarse a ese coro de voces agraviantes que piden cuentas y cabezas a dentelladas, cuando ni siquiera ha concluido la participación en la justa mundialista.
Ya vendrá la oportunidad que federativos, cuerpo técnico y jugadores den sus razones.
Por lo pronto, más allá del sinsabor que deja esta quinta experiencia mundialista tica, resalta:
- Hay un abismo de diferencia entre el nivel mostrado por una buena parte de nuestros seleccionados y el de la élite de profesionales de las ligas europeas. Se requiere la visión de una dirigencia federativa y de clubes para potenciar y fortalecer procesos que deriven en la formación de figuras que desde el entorno local o internacional sumen capacidad competitiva a la Sele. Sino seguiremos asistiendo a esos angustiosos 90 minutos defensivos, fulminables en un santiamén.
- Nuestra propuesta futbolera se volvió predecible, artesanal, vulnerable. Se requiere una radical reestructuración de la perspectiva técnica.
- Se cierra un ciclo para una buena parte de la generación de oro de Brasil 2014. El gran desafío será suplirles a tiempo con cuadros competitivos para la eliminatoria de Qatar 2022.
- La estrella de Keylor no basta. De las exigencias estelares de la Champions League y la Liga Española, nuestro astro europeo resiente con la Sele las severas limitaciones competitivas. Su épico esfuerzo en cada juego, corre el riesgo, en cualquier instante, de desmoronarse, como sucedió ante Serbia, o en el infame choque ante Brasil.
- Tras este tormentoso paso por Rusia, la dirigencia federativa tiene una prueba de fuego de autocrítica y corrección de rumbo que permita a nuestra representación nacional refrescarse, renovarse y alistarse para los continuos y crecientes retos competitivos, sino desean coleccionar más reveses.