Edgar Fonseca, editor/Foto El Nuevo Diario, Managua
El Gobierno de Costa Rica condenó el ataque de fuerzas paramilitares a estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en Managua (UNAN) con saldo de al menos dos muertes y heridos este sábado.
El Gobierno de la República de Costa Rica condena vehementemente el uso de la fuerza letal en contra de estudiantes y civiles en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN). Asimismo, deplora que no se haya permitido el acceso de asistencia médica ni de organizaciones internacionales para la protección de los derechos humanos, destacó el Ministerio de Relaciones Exteriores en San José.
Costa Rica también denunció “que no puede guardar silencio sobre la escalada de violencia y represión que ocurre en Nicaragua, que ha cobrado más de tres centenares de víctimas mortales y un alto número de personas heridas”.
Las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias, la intimidación contra manifestantes, medios de comunicación, estudiantes, defensores de los derechos humanos y miembros de la Iglesia Católica son actos inadmisibles, que deben terminarse cuanto antes, advirtió la cancillería tica.
Sitiados y atacados
Dos jóvenes que permanecían atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN Managua), fueron asesinados este sábado de un disparo en la cabeza por los paramiliares que mantienen sitiada la universidad y la parroquia Divina Misericordia, destacó el diario La Prensa.
El joven Gerald Vásquez murió dentro de la parroquia, confirmó la Arquidiócesis de Managua, según dicho diario.
Mientras el otro joven asesinado fue confirmado por el secretario general de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), sin embargo aún no está identificado. Según información preliminar, este murió en las trincheras que mantenían los estudiantes en la UNAN para defenderse de los ataques.
Los paramilitares iniciaron el ataque desde el mediodía del viernes y duró unas 18 horas. Algunos jóvenes lograron salir del recinto y se refugiaron en la parroquia Divina Misericordia, donde médicos atendieron a los heridos.
Desde que se refugiaron ahí, la parroquia ha sido blanco del ataque de los paramilitares, quienes dispararon en ráfaga.
El Cardenal Leopoldo José Brenes junto al Nuncio Apostólico llegaron la Parroquia Divina Misericordia “a mediar para sacar a los estudiantes y sacerdotes quienes han sido atacados durante toda la noche”. A la llegada de los religiosos se permitió el paso de las ambulancias para trasladar a los jóvenes que necesitan atención.