Edgar Fonseca, editor/Foto Twitter Seguridad
Un fuerte operativo policial se dio la tarde de este lunes en diferentes parques de la capital tras los disturbios del sábado anterior protagonizados por grupos anarquistas que protestaban contra los inmigrantes nicaragüenses en el país.
La presencia policial, que incluyó sobrevuelo de helicóptero, tuvo como objetivo impedir acciones similares a las del sábado cuando grupos de individuos convocados a través de redes sociales lanzaron consignas xenofóbicas y amenazaron con agredir a inmigrantes del vecino país.
Los individuos, algunos de ellos con banderas de Costa Rica, otros con camisetas de la Selección, tatuados con la svástica nazi, generaron caos a lo largo de la Avenida Segunda desde el parque de La Merced tradicional centro de encuentro de inmigrantes nicaragüenses.
Las autoridades arrestaron a 44 de los revoltosos, ocho de ellos nicaragüenses, quienes quedaron libres horas después.
Los incidentes derivaron una sesión gubernamental de de seguridad emergencia el domingo.
El parque La Merced fue cerrado preventivamente y este lunes amaneció cercado por vallas policiales y vacío de personas. Por la tarde fue reabierto.
Pese a que existía la amenaza de dichos grupos de volver marchar la tarde de lunes, ello no ocurrió en medio de la fuerte presencia de las autoridades y las expectativas del público en las calles.
Presidencia informó que el operativo de este lunes se realizó “para velar por la seguridad de todas y todos y prevenir actos de violencia o disturbios”.
“Hacemos un llamado a la ciudadanía a buscar fuentes de información oficiales”, agregó el informe oficial.
La medida de las autoridades se dio menos de 24 horas después de un discurso del Presidente Carlos Alvarado quien prometió dar protección y seguridad a los inmigrantes en el país.
No caer en provocaciones
“Hago un llamado a la calma, a la paz, a actuar con prudencia, a no caer en provocaciones o llamados al odio”, advirtió Alvarado la noche del domingo en una cadena nacional de televisión convocada de emergencia tras los sucesos del sábado.
“Informémonos de manera correcta, cada persona juega un papel fundamental en la conservación de la paz social que como costarricenses hemos construido por décadas y que disfrutamos hoy”, dijo.
Ratificó el compromiso del gobierno para garantizar que Costa Rica siga siendo un país de paz, sin ejército, respetuoso de las leyes y de los derechos de las personas, solidario y pacífico que, unido, logra lo que se propone incluso frente a los desafíos más difíciles.
“Debe prevalecer la sensatez, la prudencia, la inteligencia y la solidaridad”, insistió el gobernante.
Enfatizó que este es un tema de Estado que trasciende al gobierno, y que, en ese sentido, ha instruido para que este lunes se informe a las fracciones de diputados y diputadas las acciones realizadas y para profundizar en la coordinación con ese Poder de la República.
Aseguró que se fortalecerá la coordinación gubernamental que se ha venido dando con las alcaldías, las iglesias y sociedad civil en diferentes partes del país.
Las más recientes manifestaciones xenofóbicas son un fenómeno que no es exclusivo de Costa Rica, dijo el mandatario. “Lo experimentan otros países en Europa y en América Latina que tienen que emplearse a fondo para salir adelante”.
Anunció que se ha gestionado la cooperación internacional, con las agencias de Naciones Unidas así como con los Estados Unidos y la Unión Europea para fortalecer estas y otras acciones.
Disturbios provocados por grupos de particulares, convocados por las redes, derivaron la tarde del sábado en al menos 44 detenciones. La mayoría de los individuos quedaron libres ayer. Las acciones las emprendieron con consignas contra inmigrantes nicaragüenses.
En las redes se generó una ola nacional de estupor y censura por tales acciones y la demanda al gobierno de mano dura frente a estos grupos.
La mano negra de Ortega
“Los destinos de CostaRica y Nicaragua están entrelazados. Por nosotros y por ellos, debemos apoyar la lucha por la restitución de la democracia en el hermano país y acoger a quienes huyen de la brutal represión que mata y encarcela”, destacó la expresidenta Laura Chinchilla.
“El régimen Ortega-Murillo no se conformará con dañar a su país, también buscará dañar al nuestro y propiciar el odio entre pueblos hermanos. Ticos: digamos no a la xenofobia. Nicas: no caigan en la provocación”, enfatizó.
“Costa Rica debe decidir si quiere seguir siendo el país excepcional que dice ser, generoso, en paz consigo mismo y respetuoso de los Derechos Humanos”, reaccionó el exvicepresidente y observador Kevin Casas.
“Si cedemos ante la xenofobia perderemos más que cualquier país: perderemos nuestra identidad y razón de ser en el mundo”, advirtió Casas.
“Costa Rica no es xenofóbica. Lo que existe es un grupo decidido a instrumentalizar la xenofobia de unos pocos para erosionar nuestra convivencia democrática. No les hagamos el juego”, puntualizó el periodista y analista Eduardo Ulibarri.