Edgar Fonseca, editor
El gobierno dio marcha atrás este lunes y negó que vaya a desconvocar de la corriente legislativa el controversial proyecto de reforma fiscal en medio de fuertes presiones gremiales y profundas modificaciones que mermarían el impacto integral de la iniciativa.
Un informe vespertino de Casa Presidencial destacó: “la intervención de la Ministra de Hacienda Rocío Aguilar, en el plenario legislativo, para hacer una llamada de atención a los diputados de la importancia de volver el impuesto de canasta básica y de educación al proyecto 20.580, abrió nuevas posibilidades de negociación con las diferentes bancadas”.
Tal posición trascendió a las 6 p.m., después que en una conferencia de prensa en la Asamblea Legislativa a las 4 p.m., el jefe de fracción gobiernista, Víctor Morales, confirmó junto a la ministra de Hacienda, que se desconvocaba el proyecto.
“Se desconvoca para tener espacio de trabajo con las fracciones”, dijo Morales.
Sin embargo en el comunicado de la Presidencia, se le atribuyó tanto a Morales como al Ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, negar que el Ejecutivo fuese a desconvocar la iniciativa.
Tanto el Ministro de la Presidencia Rodolfo Piza, como el Jefe de fracción del PAC, aseguran que el Gobierno no desconvocara el proyecto, y que trabajará, como lo ha hecho hasta ahora, para buscar generar los acuerdos necesarios que le permitan al proyecto avanzar sin erosionar la iniciativa, ratificó la versión de la Presidencia.
“Recibimos con satisfacción la anuencia de los compañeros diputados a abrir nuevos espacios de diálogo, en procura de asegurar que la reforma fiscal sea suficiente para evitar una crisis y garantizar la estabilidad de la economía”, le atribuyó la Presidencia en otra versión al legislador Víctor Morales.
Fuerte presión
“Hay alternativas de solución que podrán encontrar en las mismas mociones. No hacerlo traerá dolorosas repercusiones en la vida de las y los costarricenses. Tengo esperanza de que juntos saquemos esta tarea adelante”, dijo la ministra Aguilar ante los diputados.
Los supuestos beneficios detrás de los cambios a la reforma fiscal pueden resultar cantos de sirena: un discurso elaborado y agradable al oído, que esconde graves y serias consecuencias para el país”, sostuvo.
“Si bien es cierto, en muchos cosas, las peticiones son atendibles, de ser atendidas en su totalidad le quitarán la suficiencia a la reforma”, advirtió.
“Tengo que ser honesta con ustedes y con el país, de no revertir las modificaciones al proyecto, tocará tomar decisiones difíciles para evitar el ajuste automático que realizarán los mercados”, puntualizó.
Las modificaciones hechas al proyecto en los últimos días lo han debilitado yendo en perjuicio de la estabilidad financiera, afirmó.
“Quiero que seamos francos con las y los costarricenses: reducir el tamaño de la reforma es un espejismo de corto plazo; con ello sólo lograremos posponer decisiones que costarán mucho más al país con el paso del tiempo”, insistió.