Campbell se va de Relaciones Exteriores en medio de fuertes cuestionamientos por nombramientos

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Edgar Fonseca, editor/Foto Asamblea Legislativa

Convertida en una de las fuentes de mayor discordia política para la gestión del presidente Carlos Alvarado, la Primera Vicepresidenta, Epsy Campbell, anunció ayer que deja el cargo de Relaciones Exteriores.

La beligerante fundadora y exdiputada del partido gobiernista PAC  anunció su retiro de la Cancillería en la Asamblea Legislativa, adonde acudió ante el plenario, tras un encuentro privado la mañana del martes con el presidente Alvarado, en Zapote, en que le presentó su dimisión al máximo cargo diplomático.

En medio de fuertes cuestionamientos a polémicos nombramientos en Relaciones Exteriores y bajo una creciente presión política opositora, Campbell se vio forzada, finalmente, a dimitir como titular de la diplomacia tica.

Defendió ante los diputados la legalidad de las cuestionadas designaciones.

“Los nombramientos recibieron las aprobaciones jurídicas y técnicas de los órganos competentes constatando la legalidad de los mismos”, dijo Campbell, cuya renuncia se consideraba inminente, en círculos políticos, dado  el desgaste para la gestión del presidente Alvarado con interlocutores clave en la coyuntura fiscal.

“Doña Epsy vino a decirnos que en sus nombramientos ilegales no hubo dolo, que ella y el Presidente firmaron con el visto bueno de asesores legales. Es lo usual y es correcto”, puntualizó, tras su comparecencia, el diputado Carlos Ricardo Benavides, líder de la fracción PLN, la mayor opositora.

“En el pasado hechos similares fueron acusados ante la Fiscalía, aunque no existiera dolo”, criticó.

“No celebro la renuncia de Epsy Campbell. Costa Rica pierde alguien con conocimiento en Cancillería. En vez de debatir sobre límites de nombramientos de confianza, agudizamos el ciclo de destrucción mutua (en el que ella mucho participó) que hace que la mejor gente se aleje de la política”, lamentó en un tuit el exvicepresidente PLN y analista, Kevin Casas.

“Habrá que ver si su renuncia “alcanza” para “enmendar” lo actuado y si políticamente no habrá más elementos que continúen afectando la imagen gubernamental”, advirtió este miércoles el analista Gustavo Araya.

Los nombramientos que precipitaron la salida de Campbell fueron los de Adriana Murillo Ruin y Carolina Fernández Alvarez, como directora y directora alterna de Política Exterior de Relaciones Exteriores.

Ambas fueron designadas bajo la descripción de puestos de confianza.

Sin embargo la Procuraduría General de la República estimó que ambas designaciones debían regirse por los parámetros del Estatuto de Servicio Exterior.

Tras este pronunciamiento, la Presidencia reconoció que incurrieron en error al designar tales funcionarias en la condición de puestos de confianza.

Según Presidencia, adoptaron las correspondientes medidas para no incurrir en designaciones parecidas.

Procuraduría contundente

La Procuraduría General fue precisa en cuanto a advertir que dichos nombramientos no son de confianza.

En respuesta a la consulta formulada por la Cancillería de la República mediante oficio No. DM-775-2018, de fecha 3 de diciembre de 2018, por la que se requirió criterio técnico jurídico vinculante a fin de determinar si los puestos de Director de la Dirección de la Dirección General de Política Exterior, Dirección General de Servicio Exterior, Dirección de Cooperación Internacional, Dirección de Protocolo y Ceremonial del Estado y Culto, y el Instituto Manuel María Peralta, todos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, son o no puestos de confianza, la Procuraduría General de la República, mediante dictamen C-304-2018, de 5 de diciembre de 2018, conforme a una consistente línea jurisprudencial administrativa, por demás vinculante (arts. 2 y 3 inciso b) de la Ley Nº 6815), reafirma lo dicho en la OJ-155-2018, sostuvo la entidad.

Y ratificó: “los puestos de Director de la Dirección General de Política Exterior, Dirección General de Servicio Exterior, Dirección de Cooperación Internacional, Dirección de Protocolo y Ceremonial del Estado y Culto, y el Instituto Manuel María Peralta, todos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, no pueden ser catalogados como “de confianza”, en los términos del artículo 4, inciso g, del Estatuto de Servicio Civil, y, por tanto, no están excluidos régimen estatutario del Servicio Exterior”.

Dice que no impuso nombramientos

Campbell insistió ante los diputados que no impuso los cuestionados nombramientos.

“Los nombramientos recibieron las aprobaciones jurídicas y técnicas de los órganos competentes constatando la legalidad de los mismos”, afirmó.

Rechazó que fuera ella ” la que impusiera algún criterio o una costumbre ‘contra legem’ para forzar los dos nombramientos”.

Dijo que el lunes 3 de diciembre solicitó a todos los directores del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto poner sus cargos a disposición y anunció que enviaría una consulta a la Procuraduría para aclarar de una vez por todas esta situación.

El viernes 7 de diciembre se recibió un criterio vinculante de la Procuraduría, “el cual acaté respetuosamente y giré instrucciones precisas para que todos los nombramientos se realizaran apegados a este dictamen”, agregó.

“Como consecuencia directa, anuncié la convocatoria de un concurso interno para la elección de los cargos de dirección y dirección alterna de la Cancillería”, agregó.

“Siempre he actuado de buena fe y con un respeto irrestricto a los criterios jurídicos imperantes en cada momento”, aseguró.

“He entendido que el poder de mi voz es para hablar con firmeza por lo que creo, por lo que defiendo y por lo que lucho desde hace 30 años: por transformar nuestro país en un lugar donde todos y todas tengamos las mismas oportunidades y los mismos derechos”, dijo en el plenario.

“Ser la primera mujer afrodescendiente que ocupa una Vicepresidencia en todo el continente americano y ser la primera mujer Canciller de la República, no es una tarea sencilla”, resaltó.

Añadió que ha trabajado sin descanso “para demostrar que las mujeres somos tan aptas como los hombres para ocupar los puestos que históricamente hemos sido relegadas”.

Defendió “la transparencia, la ética y la rendición de cuentas … vitales para el ejercicio de la función pública, principios que he defendido durante toda mi vida”.

“El que quiere el bien para el país debe entender que la gobernabilidad está por encima y exige ciertos sacrificios”, expresó.