A empresario italiano, muerto en asalto en La Sabana, le apasionaban los viajes

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Edgar Fonseca, editor/ Foto Facebook

Gianfranco Pescosolido, empresario italiano de 56 años, muerto tras ser asaltado la noche del miércoles mientras hacía ejercicios en La Sabana, le apasionaban los viajes, reseña el diario La Repúbblica de Italia.

Un hombre de negocios italiano, originario de Arce (Frosinone) y residente de Costa Rica durante algunos años, fue encontrado muerto en un parque. Gianfranco Pescosolido, de 56 años, salió a dar un paseo el miércoles por la noche en San José, la capital de Costa Rica, destacó el diario.

Según las primeras pruebas reunidas por la policía, fue atacado alrededor de 8:19 p.m. por un grupo de desconocidos en “La Sabana”.

Fue apuñalado en el abdomen y el pecho, citó el medio.

El personal de la Cruz Roja rescató al empresario y lo llevó al hospital San Juan de Dios, donde murió pocos minutos después de su ingreso, agregó el medio italiano.

Las razones del asesinato aún son desconocidas, sostiene la publicación.

Pero no se descarta como principal hipótesis de investigación un asalto dirigido al robo.

Trabajó como mueblero

Según La Repúbblica, Pescosolido había dejado su pueblo natal, Arce, permanentemente, donde trabajó con su hermano Ernesto en la industria del mueble, hace unos quince años, después de la separación de su esposa, una enfermera que había conocido en España, durante uno de sus muchos viajes, que vivió con él en la provincia de Frosinone,  y de quien tuvo una hija.

Luego se fue a España con su madre.

En Costa Rica, conoció a otra mujer, con la que tuvo dos hijos y con la que trabajó en turismo, continuando con su gran pasión por los viajes, especialmente en América del Sur.

“Me informaron de lo que le pasó a mi hermano y estoy en contacto con su familia en Costa Rica”, dijo Ernesto Pescosolido.

“No sentí la necesidad, añade, de incomodar a las autoridades consulares y para mí, más que saber quién y por qué hizo lo que hizo, hay sobre todo el problema emocional”, agregó, según el diario italiano.

En Arce todos conocían y amaban a Gianfranco Pescosolido. El padre de la víctima, Gennaro, también había sido alcalde de la aldea.

“La última vez que vi a Gianfranco, recuerda al alcalde Roberto Simonelli, fue hace dos años, con motivo del funeral de su padre. Gianfranco era un amigo de todos los Arcistas, un espíritu libre, una buena persona. Creo que me dijo que en Costa Rica también comenzó a criar mariposas. Ahora veremos cómo recordarlo”, añadió.