Edgar Fonseca, editor
The Economist distingue al país y le da la mejor noticia de inicio de año: Costa Rica entre las 20 democracias perfectas del orbe.
Este sistema de valores cívicos y ciudadanos que generaciones y generaciones han tenido la dicha de disfrutar, sin abruptas interrupciones, a lo largo de nuestra historia, es reconocido por el riguroso ranking del Democracy Index de la Unidad de Inteligencia de dicha publicación de prestigio mundial.
Coloca a nuestra nación en el “top 20” de las democracias plenas mientras hunden a Nicaragua con Ortega y a Venezuela con Maduro…
Sobresale por pluralismo, proceso electoral y libertades.
Se trata de una muy oportuna distinción en los tiempos que corren.
En tiempos en que muchos agoreros predicen el agotamiento del sistema.
En tiempos en que no pocos se enzarzan en desprestigian el basamento de valores cívicos que ha caracterizado a esta sociedad como modelo.
En tiempos en que, como lo vivimos el año anterior, hay quienes están dispuestos a acometer cualquier arbitrariedad en detrimento de la mayoría.
Pero esta sociedad ha demostrado, con todas las imperfecciones de su sistema, que es capaz de resistir a los cantos de sirena, de no pocos, o a los embates desestabilizadores, como los experimentados y repelidos meses atrás.
Esta sociedad ha demostrado madurez ante los desmanes que algunos sueñan en sembrar en nuestras calles como los funestos “chalecos amarillos” de París.
Ante los desatinos extremistas, esta democracia, la más sólida y antigua de América Latina, ha sido puesta a prueba y su sociedad ha respondido con sensatez.
Por ello adquiere tanta relevancia el reconocimiento de The Economist.
Llega en tiempos de desasosiego, de incertidumbre sobre el devenir pero ilumina, como un faro, e indica la senda de la que nunca deberíamos permitir que se aparte este modo de convivencia cívica y ciudadana digno de admiración mundial.
Punto final-El gobierno, Relaciones Exteriores, el ICT, Esencial Costa Rica, y demás, deben aprovechar esta magna distinción y promocionarla como uno de los mayores bienes de nuestra identidad-país en el convulso escenario regional.
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Ver: The Economist Intelligence Unit Democracy Index 2018: Me too?