Carlos Lage, otrora poderoso vicepresidente en Cuba, hoy “un muerto en vida” en La Habana

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  • Acusado de traición por Castro, hace 10 años, Carlos Lage, el otrora poderoso vicepresidente del Consejo de Estado, pasa sus días en La Habana en el silencio de “un muerto en vida” dedicado a guiar a fumigadores contra el dengue y la chikungunya

 

Edgar Fonseca, editor/Foto 14ymedio.com

Cada tarde sale con su portafolio del local donde purga su suerte de defenestrado. Carlos Lage, otrora vicepresidente del Consejo de Estado, trabaja en la campaña contra el mosquito Aedes aegypti en el policlínico 19 de Abril, en el municipio habanero de Plaza. Hace siete años fue apartado de su cargo y acusado por Fidel Castro de ser adicto a “las mieles del poder”, pero hoy es un empleado del ministerio de Salud Pública y evita hablar de su pasado, relata el sitio independiente 14ymedio.com desde La Habana.

Con 64 años, Lage apenas ejerció la pediatría en la que se especializó tras estudiar medicina. Su actividad como presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y la posterior responsabilidad como secretario general de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) no le dejaron tiempo para atender pacientes. Tras su caída política, en 2009, pasó por varios cargos administrativos menores en los que ha tenido poco contacto con el público, amplía dicho medio.

En la actualidad –agrega– el también exsecretario del Consejo de Ministros labora en el Departamento de Higiene y Epidemiología de un policlínico que con frecuencia recibe visitas de delegaciones extranjeras. Más de una vez, se ha tropezado en los pasillos con antiguos colegas y diplomáticos que le rendían pleitesía cuando los rumores lo señalaban como el posible primer vicepresidente.

El nombre de Lage estuvo entre los sucesores mencionados en la proclama con la que Fidel Castro anunció su alejamiento del poder por problemas de salud y que fue leída en los medios nacionales el 31 de julio de 2006.

Sin embargo, en lugar de ascenderle a la posición de primer vicepresidente, en febrero de 2008 Raúl Castro nombró en el cargo al ortodoxo José Ramón Machado Ventura, enviando así una clara señal de reforzamiento de la generación histórica en el poder y apartando a los posibles reformistas. Una reflexión publicada por Fidel Castro confirmó la caída en desgracia, cuando acusó a Lage y al canciller Felipe Pérez Roque de haber jugado un “papel indigno”.

Ahora, cada mañana, el benjamín apartado del poder imparte las orientaciones a los trabajadores de la campaña contra el mosquito que transmite el dengue y el chikungunya. El resto del día recibe las quejas de los vecinos de Nuevo Vedado sobre la actuación de los fumigadores y del personal sanitario vinculado a las inspecciones, agrega 14ymedio.

 

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