Edgar Fonseca, editor
Sanción de por vida, que le impide ejercer el sacerdocio, fue dispuesta y anunciada el lunes por el Tribunal Provincial Eclesiástico de Costa Rica contra un religioso de apellido Víquez acusado de supuestos abusos sexuales a un menor cuando fungía como párroco en Tres Ríos.
El anuncio lo hizo ante la prensa Jason Granados, portavoz de la Curia Metropolitana de San José.
La medida fue avalada por las autoridades del Vaticano.
Víquez salió del país el 7 de enero y al parecer se encuentra en México.
“Impóngase al reverendo padre… sacerdote de la arquidiócesis de San José, pena perpetua y expiatoria de expulsión del estado clerical”, consigna la resolución eclesial.
A Víquez el tribunal eclesial lo investigó por dos denuncias canónicas de supuestos abusos contra dos menores que sirvieron como sus monaguillos en Tres Ríos y Patarrá.
Solo una de las denuncias, interpuesta por una persona de apellido Rodríguez, fue a la jurisdicción penal.
Otra denuncia de una persona de apellido Venegas se limitó al ámbito de la iglesia.
El 9 de febrero el Juzgado Penal de Desamparados dictó orden de captura internacional en su contra.
El portavoz de la Curia dijo desconocer dónde estaría Víquez.
“No se sabe nada de él todavía.”, respondió el vocero Granados.
“La posición que ha tenido la Iglesia es que dé la cara, que se entregue”, insistió sobre el sacerdote acusado.
Con transparencia
“Se comprueba que ambos fueron víctimas. Se ha actuado con total transparencia, serenidad y sinceridad. La iglesia se solidariza con ambas víctimas”, expresó.
“Las denuncias canónicas –dijo– se conocieron el año pasado.Desde el 2003 lo que había era una queja, no una denuncia”.
“La denuncia –agregó– nunca se había interpuesto hasta el año pasado”.
“Queda demostrado que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario”, puntualizó Granados .
“En el derecho canónico –agregó– pasa lo mismo, siempre las víctimas se han atendido y se han escuchado. Damos por concluido este proceso”, enfatizó.
Iglesia rechaza presunto encubrimiento
El caso llevó al máximo jerarca de la iglesia Católica tica, Monseñor José Rafael Quirós, a rechazar, el 14 de febrero, cualquier encubrimiento de dicho sacerdote.
Monseñor Quirós rechazó así una acusación interpuesta de presunto encubrimiento en el caso.
“La acusación de supuesto encubrimiento contra Monseñor Quirós Quirós no tiene fundamento”, citó un comunicado del Pbro. Lic. Rafael Angel Sandí López, Canciller de la Curia Metropolitana.
“El actuar del actual Arzobispo de San José en todo momento ha sido el debido en este tema”, añadió el comunicado.
Defendió las actuaciones de monseñor Quirós, tanto cuando transmitió la información recibida en 2003 al entonces arzobispo monseñor Hugo Barrantes, como cuando en 2018 inició el proceso canónico.
Viquez fue separado de sus funciones sacerdotales en el tanto se mantiene abierta la investigación penal y canónica en su contra.
La suspensión, según el comunicado, se dio el 27 de julio del 2018 cuando se emitió un decreto en tal sentido.
También informaron que la iglesia rechazó una petición de $200 mil hecha por cada uno de los afectados en el caso.
El rechazo se les hizo saber, según el canciller Sandí, en una nota escrita a dos personas de apellidos Rodríguez y Venegas el 27 de julio anterior.
Y les fue ratificada en una reunión sostenida con ambos el tres de agosto del año pasado.
Las denuncias
Según el pronunciamiento de la Curia, la denuncia del afectado Rodríguez la recibieron el 15 de mayo de 2018.
El denunciante afirmó haber sido víctima de los supuestos abusos “en un marco prolongado de tiempo, desde que tenía alrededor de 13 años y colaboraba como monaguillo en la parroquia de su residencia, hecho que continuó en la parroquia donde fue trasladado el sacerdote, en Patarrá, donde el señor Rodríguez continuó visitando”, agrega la versión eclesiástica.
Recibida la declaración del ofendido, añade, fue “trasladada la denuncia al Arzobispo de San José, Monseñor José Rafael Quirós Quirós, quien de inmediato pide proseguir la indagatoria”.
“Al poco tiempo –menciona el comunicado eclesial– se propició un encuentro del Arzobispo con esta primera víctima en razón de manifestarle solidaridad y cercanía de la Iglesia, así como informarle sobre el inicio del proceso de investigación contra el sacerdote involucrado”.
Una segunda denuncia fue interpuesta en el caso por una persona de apellido Venegas, oriundo de Patarrá, el 16 de junio de 2018.
El comunicado alude a un encuentro que en 2003 tuvo el entonces Vicario General, José Rafael Quirós, con el segundo denunciante quien llegó con dos personas adultas para exponer cierta conducta inapropiada del sacerdote Víquez.
El encuentro del joven se dio a instancia de los adultos. Quirós recibió al joven Venegas con el fin de saludarlo ya que durante la conversación permaneció afuera.
El entonces Vicario Quirós informó al Arzobispo titular, Monseñor Hugo Barrantes.
Tras dicha queja, detalla el comunicado de la Iglesia, el sacerdote Vìquez fue removido del oficio de párroco “y se decidió no iniciar ninguna acción que lesionara la buena fama de los menores afectados como en la conversación fue solicitado”.
En junio de 2018, el arzobispo Quirós recibió tanto a Venegas como a Rodríguez. “En ese encuentro los afectados hablaron no solo de su realidad como víctimas sino también de sus pretensiones económicas”, las que fueron rechazadas luego.