Edgar Fonseca, editor/Foto Twitter Keylor Navas
Los amargos gritos de la afición madrideña contra su presidente Florentino Pérez tras ser humillados y eliminados de la Champions League, tras ser eliminados y ultrajados, por su archienemigo, en la Copa del Rey, y tras quedar con cero chance en la Liga Española, retumbaron con el triunfal regreso de Zidane y “su equipo”.
Para Keylor, nuestro tico de oro en tierras europeas, el regreso a la titularidad con Zidane, después de haber sido humillado y arrinconado, sin mayores razones más que la arbitraria imposición de desafortunadas decisiones del capo del club merengue, hay un premio mayúsculo.
Soportó con dignidad, con decoro y con hidalguía el oscuro capítulo que se le vino encima, tras ser campeón total con el Madrid durante los tres años anteriores.
Solo Keylor y su entorno sabrán que vivieron, que digirieron durante estas infames horas que Florentino y sus acólitos le han hecho pasar.
Pero el compatriota mantuvo su cabeza en alto.
No se rindió, como bien lo exaltó al terminar el encuentro ante el Celta.
“Siempre he trabajado para ser titular. Nunca me he dado por vencido y siempre he tenido fe de que podía jugar. El míster hoy lo ha decidido así y yo estaba preparado”, sostuvo el estelar arquero nacional.
“Doy gracias a Dios y a mi familia cada vez que juego y me salen las cosas bien porque son los que me apoyan cuando vienen los momentos complicados”, enfatizó.
Keylor merece ser el titular de mítico Real Madrid.
Lo ha demostrado a sobras desde que hizo levantar las pestañas de los cazatalentos del Madrid en Brasil 2014 y se lo llevaron como la contratación bomba.
Lo ha demostrado en esas temporadas finalísimas en el santuario de los dioses de la Champions, premiado como el mejor portero de la máxima competencia global interclubes.
Lo ha demostrado en la Liga Española convirtiéndose en uno de los arqueros mejor calificados por la exigente prensa española.
Por eso dulce su retorno.
Es dulce para él y su familia, por la paciencia y templanza con que soportaron el embate y aguardó a ser convocado de nuevo.
Y es dulce para un país que sigue en él a una estrella y veía angustiado como las erráticas decisiones del todopoderoso dirigente merengue forzaban una abrupta salida suya.
¿Quién debe irse?
Por todo eso y más, gritamos con la afición madrideña ese oleaje que sacudió al Bernabéu: ¡Fuera Florentino!, ¡Vivan Zidane y Keylor.
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