Edgar Fonseca, editor
 
Con la entrada en operaciones de la mergaterminal portuaria de Moín Limón, a cargo de la transnacional holandesa APM Terminals, el país da un salto histórico en competitividad regional en infraestructura.
 
Un salto como aquel que dio, visionario, en 1997 cuando abrazó la llegada de la multinacional Intel, convertida en la gran cabeza de playa de la industria de la más sofisticada tecnología que hoy se asienta en nuestro territorio.
 
Pero la ruta hacia la megaterminal portuaria fue todo un calvario, ese que conspira a cada paso contra el afán de nuestro desarrollo.
Se requirieron de 10 largos años desde que, clarividente, el entonces presidente Arias le dio el ejecútese al proyecto.
 
Se requirió del decidido impulso de la administración Chinchilla; se requirió del “milagro” de que la primera administración PAC no lo abortara, y que la presente lo culminara.
 
Diez largos años de boicoteo sindical, de mezquino torpedeo empresarial, de esa eterna tramitomía que asfixia la inversión y el emprendimiento, para ver hecha realidad una obra que, se estima, generará unos 147 mil empleos indirectos en todo el país en los próximos 10 años.

 
Tras su inicio temporal de operaciones, en octubre, la región Atlántica ha empezado sentir sus efectos. La firma ha allegado a las arcas de Japdeva $1, 1 millón, que, ojalá, sean sensatamente canalizados.
 
La nueva megaterminal reta al país, a sus dirigentes.
 
Señala la hoja de ruta si pretendemos insertarnos plenamente en este universo comercial de vértigo de nuestros tiempos.
 
Debería ser el aguijón para desatascar el rezago en infraestructura vial; para lanzar de una vez por todas el aeropuerto del futuro; para dotar a nuestra Área Metropolitana de un sistema de transporte público moderno, eficiente.
 
Pero, ante todo, para borrar la miopía de quienes anteponen sus intereses sectarios y se empeñan en negarle a las nuevas generaciones sus aspiraciones de crecimiento.
 
Punto final- Una desprestigiada dirigencia sindical hace apología de un atentado impune contra una institución clave merced a gravísimos fallos judiciales. Se retratan en sus perversas intenciones con este país.
 
 

1 COMENTARIO

  1. Aunque comparto prácticamente todo su comentario me parece poco profundo y escaso de contenido ya que no dice nada del sacrificio social que en estos momentos vive la ciudad (el que mayor cuota de impacto negativo recibe) y las nulas acciones en materia de compensación o minimizacion del impacto laboral que este y anteriores gobiernos (como el anterior que desperdició 4 años) que eran valiosos.

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