Edgar Fonseca, editor
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica pidieron hoy perdón y reconocieron que no siempre han dado debida atención a las denuncias de supuestos abusos contra menores atribuidas a sacerdotes.
La manifestación la hicieron este viernes al culminar su CXVII Asamblea Ordinaria realizada en medio del escándalo de casos de presuntos abusos sexuales a los que se vinculan al menos a dos sacerdotes.
“Pedimos perdón por estos crímenes que han dañado gravemente a los más pequeños del rebaño del Señor”, dijeron los obispos, encabezados por el Arzobispo de San José, Monseñor José Rafael Quirós.
“Sin querer juzgar el pasado, admitimos humildemente que no siempre se ha dado la atención debida a estos delitos, ni su lugar a las víctimas de los mismos y sus familias”, añadieron.
Los obispos prometen una mejor atención y protección de las víctimas, erradicar cualquier acción tendiente a encubrir tales hechos.
Anuncian rechazo y lucha contra “el flagelo del abuso sexual”.
Aseguran que su compromiso es poner en primer lugar de su quehacer “a las víctimas de este crimen y a sus familias, dando credibilidad a su testimonio y ofreciéndoles acompañarlas espiritual y psicológicamente en su proceso de sanación interior”.
“Reafirmamos nuestro compromiso de no admitir este tipo de conductas delictivas por parte de los ministros de la iglesia, ni de ningún agente de pastoral”, enfatizaron.
El pronunciamiento de los prelados se da mientras avanzan causas judiciales contra dos sacerdotes de apellidos Víquez y Guevara tras denuncias de particulares que dijeron haber sido víctimas de abusos por dichos religiososol.
Contra Víquez hay una orden de captura internacional, pues tiene paradero desconocido aunque las autoridades presumen que viajó a México a inicios de enero.
Guevara, quien fungía en la parroquia de Santo Domingo de Heredia, tiene medidas cautelares tras ser detenido hace dos semanas.
Reclutamiento seguro
Lo obispos anuncian que harán “reclutamiento seguro” de clérigos, religiosos, empleados y voluntarios.
Crearán “normas diocesanas claras” para el correcto comportamiento de los clérigos, religiosos, empleados, catequistas, maestros y voluntarios en relación con menores y adultos vulnerables.
Prevén “protocolos para protección de los menores en los distintos ambientes eclesiales”.
También:
- fortalecer selección de candidatos a sacerdocio
- procesos de acompañamiento a las víctimas y sus familias
- redoblar acompañamiento a sacerdotes y en especial a los que han fallado