Edgar Fonseca, editor/Imagen ilustrativa
Un total de 597 conductores fueron detectados conduciendo bajo total ebriedad en el primer cuatrimestre del año, reveló un informe del MOPT.
Todos ellos fueron remitidos al Ministerio Público.
En el periodo, según el informe, los oficiales de Tránsito realizaron 5.821 pruebas de espiración de aire, de las cuales el 14% dieron positivo en algún grado. Este 14% equivale a 817 pruebas en las que el conductor sometido al examen evidenció que tenía alcohol en su organismo.
Según las autoridades, si se toma en cuenta que en el primer cuatrimestre del año perdieron la vida 7 personas en accidentes vinculados con el alcohol al volante, por cada deceso, la Policía de Tránsito logró detectar a 117 conductores que conducían bajo los efectos del licor, lo cual significó posiblemente salvar su vida y la de terceros inocentes.
Una bomba de tiempo
German Marín Sandí, director de la Policía de Tránsito, dijo que los resultados del primer cuatrimestre son ambivalentes.
Por un lado ve con satisfacción de que se están sacando de las calles a estos conductores irresponsables pero, por otro, le preocupa que el 14% de los testeados dieron positivo.
En todo el 2018 dieron positivo el 16% de las pruebas y en el 2017 el 12%.
“Hablar de un 14% de resultados positivos preocupa, significa que demasiadas personas, casi 2 de cada 10, deciden conducir bajos los efectos del licor y esos es una bomba de tiempo”, advirtió el jerarca.
A estos casos suman los que no se detectan, los que no son sometidos a pruebas por la Policía de Tránsito porque evaden los controles; porque les avisan de la presencia de oficiales, mediante apps o chats de WhatsApp”, denunció Marín.
“Si lográramos entender que por cada conductor ebrio que evade el control hay decenas o cientos de potenciales víctimas que pueden morir por culpa de esta persona, podríamos reducir la mortalidad en carretera, pero lamentablemente hay complicidad de la propia familia y de los amigos del infractor que no miden las eventuales consecuencias”, agregó.
Las sanciones
De los casos detectados entre enero y abril, 117 tenían un nivel tan bajo de alcohol en sangre que no ameritaron una sanción, mientras que 103 recibieron una sanción económica de ¢318.950,69 y acumularon 6 puntos en la licencia, lo que les obligará a llevar un curso de reeducación vial, durante una semana, y ganarlo con al menos un 80, si desean renovar la licencia. De los 103, 19 eran conductores novatos, es decir, tenían licencia por primera vez, así que inmediatamente perdieron su derecho a conducir por un año y deberán hacer el curso para sacar la licencia y ganarlo, una vez cumplido el castigo, informó el funcionario.
“No podemos ver con buenos ojos que se conduzca bajos los efectos del alcohol, pero hay grandes diferencias entre quien todavía tiene en su organismo algunos residuos del alcohol consumido en baja cantidad y aquella persona que en definitiva su nivel de ebriedad hace inconcebible que pudiera siquiera encender el carro. Aún así los detuvimos en una carretera manejando”, sostuvo Marín al referirse a aquellos detectados bajo total embriquez.