Cantaba ópera con el hijo de Ortega, ahora está exiliado en San José amenazado de muerte

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Edgar Fonseca, editor/Foto Confidencial, Managua

Antes del estallido social de abril, Mario Rocha tenía una vida plena en Nicaragua. Cantante lírico y compositor con 24 años de experiencia, trabajaba enseñando canto, dirigiendo un coro y como pianista acompañante de otros artistas. Tenía un proyecto independiente con el que hizo muchísimas presentaciones y formaba parte de la fundación Incanto, el proyecto que preside Laureano Ortega Murillo, y que lo confinó al exilio en Costa Rica, revela un informe del sitio Confidencial de Managua.

Su relación con Incanto –agrega dicho medio– comenzó en el 2016, cuando fue invitado a cantar en las óperas y conciertos que organizaba la fundación. Rocha fue maestro de repertorio en un curso de técnica vocal, canto lírico y solfeo. Al año siguiente las clases fueron canceladas y solo se quedó apoyando artísticamente las actividades musicales.

En una entrevista en el programa Esta Semana, que dirige el periodista Carlos Fernando Chamorro, también exilado en San José,  Rocha explicó que su relación con la fundación fue solamente artística. Nunca supo de dónde salió el dinero para pagar a los músicos nacionales e internacionales. “Tengo entendido que hay alguien que lleva la contabilidad y nos pagaban”, expresó.

El barítono observa las fotos de esos grandes conciertos con Incanto. Su sonido afinado junto a la de Laureano, el hijo tenor de Daniel Ortega y Rosario Murillo. “Éramos colegas, había compañerismo cuando hacíamos los ensayos. Cuando uno ensaya se llena de energía y disfruta la música que hace. Nosotros éramos colegas”, sostiene, según Confidencial.

Antes de desligarse de Incanto, Rocha había participado en cuatro óperas. En una de estas participó como solista (El lobo y el santo) y su pecho se infló, pues fue la primera que se ha puesto en escena en Nicaragua. El resto fueron conciertos de Navidad o boleros, también hubo uno de rancheras. Pero todo cambió, cuando decidió alejarse de la fundación, cuando Nicaragua explotó como un volcán y el dictador mató a punta de plomo a los primeros estudiantes.

Rocha denunció aquellos acontecimientos y fue amenazado de muerte.

Entró a Costa Rica vía terrestre, antes de que el Gobierno distribuyera las famosas listas de captura de los “golpistas”, asegura Confidencial

“Yo no quería salir del país. Nadie quería salir del país, porque en esta circunstancia nadie quiere. Uno quiere ir a estudiar a otro país y sabe que va dos o tres años y en mejores circunstancias, mejores condiciones, pero no en estas circunstancias”, relató Rocha, quien agregó que “gracias a Dios, porque soy músico he sobrevivido con la música. ¿Cómo? Cantando, tocando el piano, dando clases”.

Rocha está formando un coro de exiliados nicaragüenses. Al llegar a Costa Rica –afirmó– no le fue tan bien, solo tenía 50 dólares, pero poco a poco ha salido adelante.

 

Ver Confidencial, Managua