Carlos Ricardo Benavides, suma, barre y asume presidencia de la Asamblea Legislativa

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Edgar Fonseca, editor/Foto Asamblea Legislativa

Con guante de seda pero mano firme en la gestión y decisión política, el abogado Carlos Ricardo Benavides Jiménez, de 49 años y vasta trayectoria pública, amarró este 1.º de Mayo un amplio respaldo mutipartidario y fue electo nuevo presidente de la Asamblea Legislativa.

Tras una habilidosa negociación previa, obtuvo 39 votos de las fracciones PLN, PAC, Restauración e independientes que se sumaron para otorgarle uno de los más sólidos respaldos de elección a la presidencia del congreso en los últimos 15 años. Al final alcanzó 40 votos, al sumársele uno nulo.

Benavides forjó su triunfo sobre una intensa negociación multipartidista de agenda compartida con proyectos como la ley de empleo público, regulación de huelgas en el sector público y el plan financiero de los eurobonos.

Para llegar a tal acuerdo debió primero aplacar brotes rebeldes en su propia fracción, confiar en el compromisio del partido gobiernista y atraer al bloque evangélico.

Y hasta último minuto le mantuvo abierta la puerta al PUSC que, finalmente, desistió de unírsele y salió, según observadores, como el gran perdedor de la jornada.

Prometió que ejercerá control político sin poses ni arrebatos.

“Los costarricenses sabrán valorar si este parlamento después de un año de resultados halagüeños como el que acabamos de cerrar, es capaz de trascender aun por encima de las vicisitudes que tendrá esta segunda legislatura, cuando los tambores de las campañas políticas municipales ya han empezado a sonar”, enfatizó Benavides tras asumir.

“Cumplimos 17 años de tener una conformación multipartidista en el Congreso”, destacó Benavides.

“Parte de nuestros retos –dijo– es demostrar que alcanzamos la madurez ante este nuevo paradigma y que es posible construir a pesar de tanta diversidad de opiniones y propósitos”.

“El objetivo fundamental de procurar el bienestar de la mayoría se ubica muy por encima de tales diferencias. Nuestras actuaciones, tienen que estar fundadas en la buena fe, en un espíritu constructivo, en un ánimo de mejorar a través de nuestras actuaciones cotidianas, la calidad de vida de los demás”, insistió.

Prudencia y experiencia

La expresidenta Laura Chinchilla, mentora política de Benavides, lo felicitó tras ser electo.

Calificó su triunfo: “forjado en la experiencia, la prudencia y su gran capacidad de negociación”.

Según Chinchilla, la Asamblea Legislativa “y la compleja agenda futura del país, tienen (en Benavides) una garantía de trabajo serio y responsable”.

Tras la jornada, el PUSC, que también aspiró a la presidencia del congreso, emergió con las manos vacías.

“Entre los partidos serios, el gran perdedor de hoy en la Asamblea Legislativa fue el PUSC”, destacó el periodista y diplomático, Eduardo Ulibarri.

“Sigue jugando corto y a la antigua, y no entiende lo que ha cambiado nuestra política”, afirmó.

“¿Despertará, para bien propio y del país?”, interrogó.

Ver discurso de Carlos Ricardo Benavides, adjunto (Discurso Carlos Ricardo Benavides – 1 de mayo 2019)

Guante de seda, mano firme

Con guante de seda pero firme en posiciones, Benavides condujo a la fracción PLN en la última legislatura a aportar un respaldo clave a la segunda administración PAC para el trámite y aprobación de una controvertida reforma fiscal.

Exdiputado 2002-2006, exministro de Turismo 2006-2011, exministro de la Presidencia, 2011-2014, y de retorno en el congreso en esta legislatura, Benavides ejerció un rol clave en el respaldo verdiblanco al paso de dicha legislación, considerada esencial por el gobierno del presidente Carlos Alvarado.

Benavides lideró a la bancada liberacionista en sumar un apoyo crucial para dicha reforma que desató una fallida huelga de 100 días en el sector público.

En su agenda figura con prioridad el paso de la ley de empleo público, cuestionada por los sectores sindicales.

También impulsa legislación que restringe huelgas en el sector público.

Asume la presidencia del congreso en lo que se considera será un año de mayor fricción entre partidos por la cercanía de las elecciones de alcaldes el año venidero.