Edgar Fonseca, editor/Foto E. Fonseca M.
Un simple operativo policial de captura de un individuo requerido por pensión alimenticia en la conflictiva Barranca, Puntarenas, es ejemplo, según el diario El País de Madrid, que en Costa Rica, a diferencia del resto de naciones de Centroamérica, la institucionalidad funciona.
Y eso no es poca cosa, enfatiza, el informe del periodista Roberto Valencia.
La sociedad costarricense –añade– está permeada por la corrupción, la pobreza y el narcotráfico, pero el Estado es mucho más fuerte que el de sus países vecinos.
No somos Suiza pero…
Costa Rica no es Suiza. La sociedad costarricense está permeada por la corrupción, la desigualdad y la pobreza, y el narcotráfico (el país está en plena ruta desde las áreas productoras de cocaína y las fosas nasales más demandantes, las de los estadounidenses) ejerce un influjo nefasto, pero el Estado tico —la institucionalidad— es mucho más vigoroso que el de sus países vecinos. No es poca cosa, ratifica el informe.
Tres días después del aquel operativo en la comunidad Libertad 81, en el mercado de Puntarenas, un lugar con olor a mar, vendían unas yinas en una tienda situada sobre la avenida 3, justo frente al mercado. El dueño, de unos 50 años, se quejaba por la inseguridad apelando a una recurrente nostalgia de décadas pasadas, una queja que es habitual escuchar en Costa Rica. Ante la pregunta de si el mercado estaba asediado por las maras y si él tenía que pagar renta a grupos criminales por el simple hecho de poder vender. “No y no”, respondió. Con esas respuestas, y comparándolo con otro país centroamericano como El Salvador en el que las respuestas lógicas habrían sido “sí y sí”, la botella tica aún aparece medio llena, sin duda alguna, añade El País de Madrid.
Ver diario El País de Madrid: El candado de Costa Rica