¡Qué el presidente vaya a Dota… y los agoreros también!

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Edgar Fonseca, editor/Foto Alliance for Coffee Excellence

Mientras voces apocalípticas pronostican el fin del mundo, a la vuelta de la esquina, en esta bendita tierra del “Pura Vida”, en Copey de Dota, los finqueros, labriegos sencillos, fajados de sol a sol, dan la cara y responden: ¡sí se puede!

Testimonio vivo de ello son los finqueros Johel Monge Naranjo y Manuel Salas Araya, proclamados ganadores de la Taza de la Excelencia, por producir cortes de café de talla mundial en su finca don Darío.

Se trata de un café de la variedad Geisha que obtuvo una calificación de 91,14 de 100 posibles, informó La Nación.

Tan codiciada variedad parece responder a los secretos mejor guardados por estos agricultores de “palas tomar”.

Altura, clima, suelo, cuido y pasión, hacen que el tinto que sale de las entrañas de esas montañas, en alturas promedio 1.800 a 2.200 metros, se convierta en un exótico atractivo globalmente.

Comenzaron en su aventura hace seis años, recién pasada la horrible recesión del 2008 cuando, al igual que ahora, los agoreros de turno vaticinaban el derrumbe del país.

¡Da miedo ver como crece todo ahí!, resalta don Johel quien, a sus 74 años, sabe lo que es lanzarse a una aventura de producción con todos los riesgos, las limitaciones, las restricciones y las telarañas burocráticas que las enredan.

Nada los detiene a estos natos forjadores de lo mejor del emprendedor costarricense.

Piensan en grande, dicen.

“Yo les digo con todo respeto a quienes trabajan la tierra que sí se puede; que el mundo es grande y llegar a otros mercados en el exterior sí es posible”, enfatiza este roble doteño.

Y su optimismo se basa en hechos puros y simples, 96% de la producción de su finca ya fue adquirida en Asia.

Su optimismo contrasta con los agoreros que desde Cuesta de Moras hasta los más cómodos sillones de sesudos analistas en la capital o en sus circundancias  machacan y machacan sobre el inminente colapso económico, sin proponer fórmulas viables de respuesta a la desaceleración que atraviesa el país, que no será ni la primera ni la última.

Muchos de estos más parecen responder a mezquinos cálculos cortoplacistas, poniendo en entredicho, por ejemplo, la capacidad de atracción de inversión extranjera del país que, para su conocimiento, ha generado 61.300 empleos con una tendencia creciente en los últimos cinco años, tal lo defiende ardorosamente la ministra Dyalá Jiménez Figueres, a quien sí le creemos.

El frío, entonces , no está en las cobijas.

Claro que se requiere que el presidente Alvarado acierte, cuanto antes, con una hoja de ruta esencial para la reactivación.

Si el primer año de su gestión lo definió la crucial reforma fiscal, el presente lo desafía esa guía visionaria que el país espera de su parte para superar este turbulento tramo de estabilidad económica.

Requerirá, quizá, de que se vaya unos días, junto a su “círculo cero” a las montañas de Copey de Dota, a extraer de estos campesinos sus mejores insumos para no permitir que los prestidigitadores se lleven a la trampa a este bendito país.

Puntos finales…

  • Dirigentes irresponsables del magisterio llaman a “paros intermitentes” en secundaria. Quedaron “chimados” tras el megafracaso del año anterior y quieren repetirle la pesadilla a los pobres estudiantes.
  • Los magistrados de la Sala IV, convencidos o forzados,  rebanan los abusivos pluses de algunas entidades públicas. Deberían, por el bien común, hacer una barrida total de esos escandalosos privilegios, empezando por los del propio Poder Judicial, en estos tiempos de apretazón. Así entrarían en el panteón de los héroes nacionales.