Figueres se negó a firmar con expresidentes llamado a condenar la violencia en el país

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Edgar Fonseca, editor/Foto Twitter

El expresidente José María Figueres se negó a firmar el documento  suscrito por otros seis expresidentes en que instan a cesar las acciones de violencia y llamados al uso de la fuerza en el país.

“No lo firmé porque también comprendo y me identifico con el malestar nacional”, alegó.

“Tienen razón nuestros compatriotas al estar hartos! Con el alto desempleo y el estancamiento económico actual, la falta de seguridad personal y los bloqueos que nos paralizan, el costo de la vida y ahora nuevos impuestos – realidades que en su conjunto aumentarán la pobreza, en otro país habrían linchado a la clase política”, agregó Figueres en un post en su cuenta Facebook.

Los expresidentes Laura Chinchilla Miranda, Oscar Arias Sánchez, Rafael Angel Calderón Fournier, Abel Pacheco de la Espriella, Miguel Angel Rodríguez Echeverria y Luis Guillermo Solís Rivera instaron al “camino del diálogo, del entendimiento y del pluralismo con justicia social” en medio de amenazas de dirigentes sindicales de extender acciones de protesta.

“El peligro de la anarquía es inmenso”, adviertieron los exgobernantes.

Hay que pedir perdón

“Muchos de esos problemas nacionales nacieron o se acrecentaron en los últimos cuatro gobiernos de tres partidos diferentes. No reconocer eso en el documento, es pedir comprensión sin pedir perdón”, dijo Figueres tras trascender su negativa a firmar junto a los otros exmandatarios.

“Este gobierno –agregó– que hereda buena parte de los retos acumulados, llegó con la misma buena voluntad de los otros, sólo que sin derrotero. Le “ayudan” desde las filas del PLUSC, trincheras en que ni terminan de ser gobierno ni terminan de ser oposición, pero se parecen al gobierno en la falta de visión y de iniciativas para sacar al país adelante”.

“De seguir así, este gobierno va camino de ser el quinto en línea con lo que acumularemos veinte años de políticas deficientes que no pueden producir más que el estancamiento en el que vivimos”, añadió.

Hay que escuchar

Figueres dice que hay que escuchar ante los recamos sociales.

“Creo en el diálogo sincero. Para dialogar, primero hay que escuchar. Para negociar, primero hay que ponerse en la posición del otro. Pero sobretodo para dialogar y negociar se debe tener como punto de partida un buen plan y una estrategia para ejecutarlo. Hoy estamos en una situación en la que los grupos no se escuchan, menos se colocan en la posición del otro para sentir por donde les aprieta el zapato, y mucho menos se tiene un plan. Un ejemplo de esto es la falta de un programa de competitividad nacional y de reactivación económica que estimule la creación del empleo que necesitamos”, manifestó.

“Por todo esto es que preferí no firmar el documento. Las palabras se las lleva el viento. Yo prefiero menos palabras y más acciones”, justificó.