Edgar Fonseca, editor/Foto diario Los Angeles Times
El terremoto de magnitud 7.1 que sacudió el sur de California el viernes por la noche hizo que los edificios abandonaran sus cimientos y dejara a los residentes al límite, pero no causó víctimas fatales ni lesiones importantes, dijeron las autoridades, destaca el diario Los Angeles Times.
El segundo terremoto principal de California en menos de dos días se produjo cerca de Ridgecrest, una ciudad del desierto de Mojave, a unas 125 millas al noreste de Los Ángeles. La misma área fue sacudida por un terremoto de magnitud 6.4, el más grande en casi dos décadas, en la mañana del cuatro de julio, amplió el diario.
“Por la gracia de Dios”
“Por la gracia de Dios, no hemos tenido víctimas, y solo hemos tenido heridas leves”, dijo Jed McLaughlin, el jefe de policía de Ridgecrest. Ese resultado, dijo, “es asombroso, teniendo en cuenta estos dos grandes terremotos que hemos experimentado”.
El terremoto del viernes por la noche –según el Times–fue 10 veces más grande que el terremoto del 4 de julio, dijeron sismólogos.
El temblor se sintió tan lejos como Phoenix, Las Vegas, Baja California y Reno, de acuerdo con datos de múltiples fuentes en el Estudio Geológico de los Estados Unidos.