Edgar Fonseca, editor
Ante una de las más graves amenazas a la seguridad pública y estabilidad en tiempos recientes, las autoridades deben responder con sensatez pero contundentes.
El caso de las dos explosiones acontecidas en semanas recientes, una la noche del sábado en Teletica, y otra el 26 de junio en la oficina de la diputada Zoila Volio, ameritan una investigación profunda y un pronto esclarecimiento antes que el daño sea mayor.
Sea quien sea, quienes están detrás de estos hechos buscan sembrar caos en medio del crispado ambiente de estos días.
La emprenden contra una legisladora de férrea posición a la que no amedrentan.
Y “más sofisticados”, como asevera un jerarca policial, golpean a un medio de comunicación con la consecuente conmoción pública.
Por poco y consuman una tragedia.
No se está frente a cualquier clase de delincuentes.
Sea quienes sean, se aprovechan del momento para intentar desatar una escalada de violencia solo comparable con la que experimentó el país en 1981 cuando emergió, también sorpresivamente, el grupo terrorista La Familia.
Gracias a una reacción inmediata y contundente de las autoridades de entonces, aquel brote de subversión fue fulminado en menos de tres meses, con toda su red tras las rejas ante los tribunales.
Y el país respiró y se libró de la violencia que envolvió al resto de la región.
Si es que los recientes acontecimientos han tomado por sorpresa a los cuerpos policiales, debería conformarse, de urgencia, una unidad élite, con los mejores agentes en un esfuerzo profesional, interinstitucional.
Debería de recurrirse a la experiencia de los oficiales que en aquel momento desplegaron una acción excepcional.
Y no debe desdeñarse el apoyo de naciones amigas, flageladas en su momento por acciones terroristas como España, Colombia, EE.UU. y Chile que, aún hoy, lo sufre.
No se trata de cualquier brote delincuencial.
Se trata de acciones que, como lo confirma el director del OIJ, responden a una organización y motivaciones que ameritan una investigación y respuesta de “shock”, implacable.
Cuanto más se tarde en reaccionar, cuánto más tiempo se les deje en la penumbra, mayor puede el daño que le causen a la seguridad públuca, a la estabilidad y a la imagen del país.