Edgar Fonseca, editor/Foto Fiscalía General México

El exsacerdote, Mauricio Antonio Víquez Lizano, contra quien se sigue una causa penal por presuntos abusos sexuales contra menor de edad, fue detenido en Monterrey, México, trascendió  en una versión atribuida a la Fiscalía General de la República de dicho país.

El diario Milenio de México confirmó la captura de Víquez la noche de domingo con base en fuentes de la Fiscalía de dicho país.

  • El ex sacerdote costarricense Mauricio Víquez fue detenido en Nuevo León por la orden de captura internacional que tiene en su contra por presuntamente haber abusado de al menos un menor de edad, confirmaron fuentes de la Fiscalía General de República, ratificó Milenio.

Víquez fue trasladado al reclusorio Sur de la Ciudad de México donde enfrentará su proceso de extradición a Costa Rica, añadió Milenio.

En San José, la Fiscalía comunicó este lunes a las 7:36 a.m. que aún no habían recibido comunicación oficial de autoridades de México del arresto de Víquez.

“A esta hora, no hemos recibido confirmación oficial de las autoridades de México respecto a la detención del exsacerdote Víquez. Una vez que esto nos sea comunicado de manera oficial, podrá informarse qué procederá en el caso específico de este imputado”, dijo Sharon Hernández, portavoz del Ministerio Público.

Relato de víctimas

Esta semana dos de sus víctimas, Michael Rodríguez, de 38 años, y Anthony Venegas, de 33, contaron en MILENIO Televisión que fueron abusados sexualmente al menos tres años de su adolescencia por el sacerdote y pidieron ayuda para encontrarlo en México, citó dicho diario.

Víquez –destacó Milenio– huyó de Costa Rica al enterarse de la denuncia penal en su contra, la única que podría causar que sea enviado a prisión, sin embargo, la víctima cumplirá 28 años en septiembre y con ello prescribirá el delito, pues cuando la víctima presentó la denuncia la ley costarricense vigente determinaba que los delitos de abuso contra menores prescribían diez años después de que cumplan la mayoría de edad.

Agentes de migración confirmaron a Milenio que el sacerdote se trasladó a Jalisco y según la Interpol no ha salido del país. Ahora se sabe que se trasladó a Nuevo León, donde fue detenido, amplió el diario en su sitio web.

A través de documentos del Instituto Nacional de Migración, citó dicho medio, se determinó que desde el 9 de enero llegó en avión a la Ciudad de México.

Alerta roja

Según la versión atribuida a la Fiscalía mexicana, contra Víquez existía Notificación Roja de Interpol emitida desde el 20 de febrero de 2019.

La detención fue realizada este domingo en la ciudad de San Nicolás de los Garza, Nuevo León, estado fronterizo con EE.UU.

Contra Víquez, el Tribunal Provincial Eclesiástico anunció el 25 de febrero, con el aval del Vaticano, sanción perpetua de expulsión del estado clerical tras investigaciones seguidas en su caso por dos denuncias canónicas de presuntos abusos sexuales, de las cuales solo una llegó a la jurisdicción penal.

Diferentes medios locales divulgaron el arresto de Víquez y la confirmación inicial por parte de su abogado Rodolfo Alvarado.

En México

Según la Fiscalía mexicana, la detención provisional de Víquez se dio con fines de extradición internacional.

El extraditable, sostiene la versión atribuida a la Fiscalía, es requerido para ser procesado por el Juzgado Penal del III Circuito Judicial de San José.

Víquez fue trasladado y puesto a disposición del Juzgado de Distrito Especializado del Sistema penal Acusatorio, en el centro de Justicia Penal Federal de Ciudad de México, Reclusorio Sur para definir su situación jurídica conforme al procedimiento de extradición internacional.

A Víquez se le atribuyen supuestos abusos contra un menor mientras fue cura en Tres Ríos y Patarrá, Desamparados.

En dicho caso, el presunto afectado elevó una denuncia ante la Nunciatura contra el arzobispo José Rafael Quirós por supuesto encubrimiento, lo cual el jerarca eclesial  niegan enfáticamente.

Víquez salió del país el 7 de enero y llegó a México sin que hasta ahora se supiese de su paradero.

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Le impusieron sanción eclesial de por vida

Sanción de por vida, que le impide ejercer el sacerdocio, fue dispuesta y anunciada el 25 de febrero por el Tribunal Provincial Eclesiástico de Costa Rica contra el sacerdote Víquez  acusado de supuestos abusos sexuales a un menor cuando fungía como párroco en Tres Ríos.

El anuncio lo hizo ante la prensa Jason Granados, portavoz de la Curia Metropolitana de San José.

La medida fue avalada por las autoridades del Vaticano.

“Impóngase al reverendo padre… sacerdote de la arquidiócesis de San José, pena perpetua y expiatoria de expulsión del estado clerical”, consignó la resolución eclesial.

A Víquez  el tribunal eclesial lo investigó por dos denuncias canónicas de supuestos abusos contra dos menores que sirvieron como sus monaguillos en Tres Ríos y Patarrá.

Solo una de las denuncias, interpuesta por una persona de apellido Rodríguez, fue a la jurisdicción penal.

Otra denuncia de una persona de apellido Venegas se limitó al ámbito de la iglesia.

El 9 de febrero el Juzgado Penal de Desamparados dictó orden de captura internacional en su contra.

El portavoz de la Curia dijo en febrero desconocer dónde estaría Víquez.

“No se sabe nada de él todavía.”, respondió el vocero Granados.

“La posición que ha tenido la Iglesia es que dé la cara, que se entregue”, insistió sobre el sacerdote acusado.

Con transparencia

“Se comprueba que ambos fueron víctimas. Se ha actuado con total transparencia, serenidad y sinceridad. La iglesia se solidariza con ambas víctimas”, expresó.

“Las denuncias canónicas –dijo– se conocieron el año pasado. Desde el 2003 lo que había era una queja, no una denuncia”.

“La denuncia –agregó– nunca se había interpuesto hasta el año pasado”.

“Queda demostrado que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario”, puntualizó Granados .

“En el derecho canónico –agregó– pasa lo mismo, siempre las víctimas se han atendido y se han escuchado. Damos por concluido este proceso”, enfatizó.

Iglesia rechaza presunto encubrimiento

El caso llevó  al máximo jerarca de la iglesia Católica tica, Monseñor José Rafael Quirós, a rechazar, el 14 de febrero, cualquier encubrimiento de dicho sacerdote.

Monseñor Quirós rechazó en febrero el  presunto encubrimiento alegado en el caso.

“La acusación de supuesto encubrimiento contra Monseñor Quirós Quirós no tiene fundamento”, citó un comunicado del Pbro. Lic. Rafael Angel Sandí López, Canciller de la Curia Metropolitana.

“El actuar del actual Arzobispo de San José en todo momento ha sido el debido en este tema”, añadió el comunicado.

Defendió las actuaciones de monseñor Quirós,  tanto cuando transmitió la información recibida en 2003 al entonces arzobispo monseñor Hugo Barrantes, como cuando en 2018 inició el proceso canónico.

Viquez fue separado de sus funciones sacerdotales en el tanto se mantiene abierta la investigación penal y canónica en su contra.

La suspensión, según el comunicado, se dio el 27 de julio del 2018 cuando se emitió un decreto en tal sentido.

También informaron que la iglesia rechazó  una petición de $200 mil hecha por cada uno de los afectados en el caso.

El rechazo se les hizo saber, según el canciller Sandí, en una nota escrita a dos personas de apellidos Rodríguez y Venegas el 27 de julio anterior.

Y les fue ratificada en una reunión sostenida con ambos el tres de agosto del año pasado.

Las denuncias

Según el pronunciamiento de la Curia, la denuncia del afectado Rodríguez la recibieron el 15 de mayo de 2018.

El denunciante afirmó haber sido víctima de los supuestos abusos “en un marco prolongado de tiempo, desde que tenía alrededor de 13 años y colaboraba como monaguillo en la parroquia de su residencia, hecho que continuó en la parroquia donde fue trasladado el sacerdote, en Patarrá, donde el señor Rodríguez continuó visitando”, agrega la versión eclesiástica.

Recibida la declaración del ofendido, añade, fue “trasladada la denuncia al Arzobispo de San José, Monseñor José Rafael Quirós Quirós, quien de inmediato pide proseguir la indagatoria”.

“Al poco tiempo –menciona el comunicado eclesial– se propició un encuentro del Arzobispo con esta primera víctima en razón de manifestarle solidaridad y cercanía de la Iglesia, así como informarle sobre el inicio del proceso de investigación contra el sacerdote involucrado”.

Una segunda denuncia fue interpuesta en el caso por una persona de apellido Venegas, oriundo de Patarrá, el 16 de junio de 2018.

El comunicado alude a un encuentro que en 2003 tuvo el entonces Vicario General, José Rafael Quirós, con el segundo denunciante quien llegó con dos personas adultas para exponer cierta conducta inapropiada del sacerdote Víquez.

El encuentro del joven se dio a instancia de los adultos. Quirós recibió al joven Venegas con el fin de saludarlo ya que durante la conversación permaneció afuera.

El entonces Vicario Quirós informó al Arzobispo titular, Monseñor Hugo Barrantes.

Tras dicha queja, detalla el comunicado de la Iglesia, el sacerdote Vìquez fue removido  del oficio de párroco “y se decidió no iniciar ninguna acción que lesionara la buena fama de los menores afectados como en la conversación fue solicitado”.

En junio de 2018, el arzobispo Quirós recibió tanto a Venegas como a Rodríguez. “En ese encuentro los afectados hablaron no solo de su realidad como víctimas sino también de sus pretensiones económicas”, las que fueron rechazadas luego.