Una turbia elección

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Edgar Fonseca, editor/Foto Facebook Fedefutbol.com

Tras haber sido un vergonzoso eslabón del mayor escándalo mundial de corrupción en la historia de la FIFA, la Federación Costarricense de Fútbol, anda lejos de la transparencia esperada en su manejo.

La reciente elección de su comité ejecutivo plagada de denuncias y cuestionamientos de previo, y sentenciada por los graves cargos lanzados por uno de los aspirantes a la presidencia, acrecienta la estela de duda e inquietud sobre lo que pasa en el máximo órgano rector del fútbol local.

El dolido relato del abogado Jorge Hidalgo, a quien, según cuenta, lo traicionaron la noche anterior a la designación, o lo venían traicionando desde buen tiempo atrás, a juzgar por su dicho de que “durmió con muchos enemigos”, ratifica el entorno de turbiedad en que se cuajó la última elección.

“Si uno tiene decepciones de personas en la vida, ahí me llevé una. El fue a buscarme a mi oficina dos veces, hace dos años, para que me integrara en el Comité Ejecutivo; me expresó barbaridades sobre la forma de conducir esta Federación por este presidente”, acusó Hidalgo de quien le ofreció, o le tendió la trampa, vaya usted a saber, de la postulación.

No solo lo fueron a buscar.

No solo lo endulzaron.

No solo le hicieron el guiño de la pretendida candidatura, sino que le hicieron navegar por supuestos planes, mientras consumaban una de las mayores traiciones electoreras en dicha federación.

Sorprende que todo ello le hubiese acontecido a alguien con su espuela y experiencia.

Ni siquiera le permitieron hablar.

Ni denunciar en público el déficit de $1,5 millones que, asegura, arrastra la Fedefútbol, de lo cual nadie estaba enterado.

“Me cortaron la lengua…Tuvieron miedo de escucharme y lo lamento, porque tenía que decir muchas cosas que mucha gente de la Asamblea no sabe. Me tocará hacer cosas públicas que no quería”, advirtió.

Fue una elección que, a juzgar por la sinceridad y crudeza de su relato, lo menos que tuvo fue de ser transparente. O de que “aquí no pasó nada y hoy todos volvemos a ser amigos”, como lo zanja, sin sonrojo, el presidente reelecto.

Esta elección no solo se cubre de esa nube de interrogantes que deja Hidalgo en su denuncia, sino, aviva inquietud sobre una conducción futbolera cargada de fracasos, cargada de ausencia de explicaciones, y dispuesta, por lo visto, a no ceder un milímetro de poder al costo que sea.

¿A cambio de qué aceptan compartir en ese comité ejecutivo los directivos entrantes?

¿Son conscientes que arriesgan su imagen y honorabilidad?

¿No le deberían exigir de inmediato cuentas claras a los directivos reelectos?

¿O se acomodarán mansamente al statu quo?