Edgar Fonseca, editor/Foto BBCSport
Keylor vivió una noche de ensueño en su debut en Paris ante el Madrid.
Ese 3-0 lapidario con que el campeón francés PSG hincó al club merengue, sirvió para que la figura de la estrella tica europea brillara y mantuviese imbatible su marco en el arranque de la Champions League.
Pocas llegadas, poca amenaza y mucha seguridad departe del estelar arquero nacional, junto a un Di Maria inspirado, autor de un doblete letal, fulminaron a un Madrid sin alma que pagó muy caro la maldición de grandes figuras a las que dejo ir como Keylor, apenas hace una semana, o al certero delantero argentino.
La Champions no perdona, dice Marca
El valor que permitió al Madrid dominar el Continente, la consistencia, y que anda buscando desde que se marchó Cristiano Ronaldo, marcó el estreno en la Champions. En París, donde hace dos años labró el camino a la Decimotercera con una demostración de autoridad y juego rápido, no resistió ni un empujón. Ante un PSG disminuido, sin sus tres delanteros titulares, recibió dos goles en los dos primeros tiros a puerta y acabó goleado. Ofreció poca resistencia, con una fragilidad impropia de un aspirante al título. La Champions no perdona ni a la realeza, lamentó el diario deportivo Marca de Madrid.
KEYLOR NAVAS Inédito
No recibió disparos sobre su portería. Todas las acciones fueron lejos de sus palos, resina el sitio MundoDeportivo de Barcelona.
Un ridículo Madrid se descompone en París, destaca dicho sitio
Repaso de los que hacen historia al Real Madrid, un equipo en estado de descomposición y al que las bajas no pueden excusar de su pésimo partido, pues el PSG goleó sin Neymar, Mbappé y Cavani, su tridente titular. Ni ideas, ni juego ni las mínimas ganas para sacar adelante una situación que pinta muy mal y ni siquiera la Champions se aparece como tabla de salvación. Di María consumó la venganza del ‘ex’ y su doblete dejó contra las cuerdas al equipo de Zidane. Meunier lo noqueó. Ni un solo chut a puerta en todo el partido. La eterna flor de ‘Zizou’ parece esta vez más marchita que nunca.