Edgar Fonseca, editor/Foto diario La Prensa, Managua
- El 23 de diciembre de 1969, hace casi 50 años, un comando guerrillero liderado por Humberto Ortega Saavedra y el costarricense Plutarco Hernández, atacó el cuartel de Alajuela para liberar al fundador del FSLN, Carlos Fonseca Amador. En el enfrentamiento, dos disparos hechos por oficiales ticos impactaron a Ortega y le dejaron prácticamente paralizadas sus manos. Fue llevado a Cuba y tras recibir tratamiento recuperó la movilidad en una de ellas. Diez años más tarde, Ortega llegó a ser el poderoso jefe fundador del Ejército Popular Sandinista. Hoy, distanciado de su hermano, Daniel, lleva una vida de millonario entre Managua y Escazú, relata un informe especial del diario La Prensa de Managua.
-La primera acción de envergadura en la que Ortega participa llegaría en el año de 1969, cuando le corresponde ser parte del grupo de guerrilleros que intenta liberar a Carlos Fonseca Amador, quien estaba preso en Alajuela, Costa Rica. Se desconoce cómo se iba a desarrollar el guerrillero Humberto Ortega, propiamente como tal, porque esa fue también la última acción en la que participó activamente, pues sufrió heridas de bala que lo dejaron inhabilitado para el resto de su vida para un combate.
Mientras los guerrilleros sandinistas se liaban a balazos con los guardas de la cárcel costarricense, Ortega fue alcanzado por las balas. En los años noventa él contó el episodio así a la revista 7 Días: “Yo recibo dos balazos, uno calibre 38 milímetros, cuando me encontraba al interior del cuartel, atraviesa mi pecho y me roza el corazón.
El otro, calibre 45 milímetros, que disparan desde el torreón cuando ya he logrado alcanzar el automóvil y me dispongo a abordarlo. Impacta en mi hombro derecho y lo paraliza, catapultándome sobre el carro. Carlos Fonseca viene detrás de mí, me introduce en el vehículo y con Plutarco Hernández partimos velozmente hacia San José”.
Los nicaragüenses no corrieron largo porque fueron capturados y Ortega estuvo un año preso en Costa Rica, hasta que en 1970, otro comando sandinista, dirigido por el costarricense Carlos Agüero, en el que participó también la compañera de este último, Ligia Trejos Leiva, secuestró un avión y lograron la libertad de los presos, quienes luego fueron llevados a Cuba.
Así terminaría la aventura guerrillera de Humberto Ortega, porque después, cuentan antiguos guerrilleros del FSLN, pasó varios años en Cuba, donde le practicaron varias operaciones para lograr recuperar la movilidad en los dedos de ambas manos. En una de las manos logró mejor recuperación que en la otra, pero no volvió a ser apto para ir a un combate.
Ortega se convertiría después en una especie de “estratega”, dirigiendo acciones de combate, ya fuera desde Cuba o posteriormente desde Costa Rica.
Ver: diario La Prensa, Managua