-Según datos de Inteligencia de Argentina, hay contactos entre bandas violentas que operan en las manifestaciones contra Piñera, y detenidos en la Ciudad de Buenos Aires con explosivos caseros, revela el diario Clarín de Buenos Aires.
El embajador en Chile, José Octavio Bordón, político y académico criado en la singular clase dirigente de Mendoza, conocedor de la coyuntura conflictiva callejera, estaba preparado para evitar algún problema. Pero nunca intuyó que podía pasar algo tan grave. Pasó peor de lo que imaginó, destaca el diario Clarín.
Un grupo de violentos que aprovechó las manifestaciones pacíficas en Chile entró a la residencia del diplomático el viernes poco antes de las siete de la tarde y la destrozaron. Explotaron dos bombas molotov. Sin grandes consecuencias. Otra no funcionó y quedó tirada en el jardín del frente de esa casa extraordinaria, ubicada en pleno centro de Santiago.
Bordón se movilizará, si es necesario, en un auto blindado. Será escoltado por un grupo de elite de la Gendarmería Nacional que le enviaría el ministerio de Seguridad, de Patricia Bullrich, según fuentes gubernamentales. Su residencia quedó destruida. No hubo heridos.
Las personas que forzaron la entrada estaban vestidas de negro y tapaban sus caras con capuchas. No se robaron nada. Arrasaron con todo. Los vidrios del frente son pedazos rotos en un piso antes reluciente, relata el diario Clarín.
Quienes cometieron esos delitos forman parte de “satélites” de organizaciones chilenas que se identifican como “terroristas”, aunque no formen parte de ninguna lista oficial que las considere como tales. Esas agrupaciones que generan caos, envían cartas bombas y se adjudican asesinatos e incendios.
Se nutren entre sí con sedes que mantienen en la Argentina, aseguraron ellas mismas en sus páginas web, algo que fue ratificado por funcionarios de Chile y por informes reservados del gobierno de Mauricio Macri que reconstruyó Clarín. Esos movimientos se expandieron, o viceversa, a México, Escocia y España, amplía dicho medio.
Roban, saquean, queman
El viernes –añade Clarín– encapuchados que se desmarcaron de la manifestación en Santiago para incendiar la Universidad Pedro de Valdivia, ubicada en la misma zona conocida como Plaza Vicuña Mackena. Los casi 300 mil manifestantes que reclamaban cambios al gobierno de Sebastián Piñera vieron las columnas negras del humo ascender cada vez más alto y con más espesor.
Los encapuchados de ITS, o de otros movimientos que funcionan como sus satélites, llamados “Horda Mística del Bosque” y la “Bandada Insquisidora Vengativa”, habrían sido quienes armaron las “barricadas” que impidieron a los carabineros y bomberos acceder a esa zona. Robaron la Parroquia de la Asunción. Usaron esculturas, confesionarios, bancos y cuadros para encender fuego que les permitió resistir.
Clarín difundió en noviembre del 2018 que existía un “regreso de la militancia anarquista” y que esos grupos buscaban alterar el orden de la reunión del G20. Ahora se sabe que entre esos grupos se encontraba ITS.
Su postura ideológica, según su propia web, es buscar e incluso gozar con la caída de la civilización. “La amenaza invisible se desenvuelve ahora, a plena luz del día, robando saqueando, quemando”, explican. Se adjudican hechos como “incendios indiscriminado de autos lujosos y no lujosos”. También “puñaladas a un héroe ciudadano que intentó dirigir militares hacia nuestra captura…”. Y hasta “una paliza a una mujer que intentó filmar nuestros rostros mientras procedíamos a incendiar autos”.
Ver diario Clarín, Buenos Aires