Nuevo ministro de Hacienda se le debe plantar al presidente, advierte ex Regulador General

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Edgar Fonseca, editor

Si el nuevo ministro de Hacienda desea convencer a la opinión pública de que asume el compromiso de consolidar la reforma fiscal en el país, debe plantarse ante el gabinete y sobre plantarse ante el presidente Alvarado, advierte el economista Dennis Meléndez, ex Regulador General.

“El ministro de Hacienda es quien debe plantarse para frenarlos y, sobre todo, plantarse al presidente”, puntualizó Meléndez consultado, por este editor, de la sorpresiva designación del economista Rodrigo Chaves, quien ha laborado por 27 años en el Banco Mundial y es, a la fecha, director país en Indonesia.

Para Meléndez, los tres desafío clave del nuevo jerarca de Hacienda, son:

  • cumplir la regla fiscal.
  • saber decir que no a los ministros de más influencia en el gobierno.
  • cambiar el financiamiento en moneda extranjera por moneda local.

Requiere de mucho carácter

-¿Cómo ve la designación del nuevo ministro de Hacienda?

-Con toda franqueza no lo conozco y recién he leído su currículo. Sé que fue uno de los pupilos de don Claudio González en Ohio State University. Eso me hace suponer que tiene una formación académica sólida. Además, si ha trabajado en el Banco Mundial por 27 años daría para pensar que tiene mucha experiencia en el campo de la economía aplicada, en países subdesarrollados, especialmente. ¿Será eso suficiente para que nos vaya mejor? El ministro de Hacienda tiene que tener, además de solidez teórica y experiencia, mucho carácter. Su principal lucha, en este y en cualquier gobierno es hacia lo interno, no con la oposición. El resto del gabinete está programado para gastar y pedir cada vez más plata. Depende del presidente si les cede. El ministro de Hacienda es quien debe plantarse para frenarlos y, sobre todo, plantarse al presidente. Y además de carácter, debe tener mucho apoyo del presidente de la República. Doña Rocío no lo tuvo. La dejaron sola contra el mundo. ¿Le harán lo mismo a don Rodrigo?Este país requiere muchos ajustes en el campo fiscal. Y no son nada fáciles. Si piensan que una sola persona lo va a lograr, estamos perdidos. Diría que le iría muy bien si logra que lo apoyen y se diseñe una política de gobierno austera y, ojalá, se convierta en una política de Estado.

-¿Le sorprendió el nombramiento, tratándose de alguien totalmente ajeno al mundillo público y político, al menos en tiempos recientes?

-Sí, claro. Lo que pasa es que, internamente, no había muchos que se apuntaran. Es una labor difícil en tiempos muy complicados. Si hace las cosas responsablemente va a quedar muy mal con todo mundo.


Ver también: El nuevo ministro de Hacienda, la Sala IV y una brillante acción policial PuroPeriodismo.com

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Ojalá Alvarado no se vea seducido por el populismo en boga

-¿Qué señal envía el presidente Alvarado con esta designación?

-Espero que sea una de que el gobierno no va a dejar seducirse por el populismo, tan de moda en América Latina y ahora, en Estados Unidos.

-Pero de cara a interlocutores como los rectores y otros gremios que presionaron la salida de la anterior ministra…

Ahí es donde desconozco su carácter. No olvidemos que las universidades son las chineadas del PAC y difícilmente les dicen que no a nada. De hecho doña Rocío tuvo que cederles. Les mantuvo los 70 mil millones por encima de la regla fiscal pero con el truco de pasarlos a gastos de capital. Eso ya era una un enorme privilegio. Y ni aún así quedó bien.

-¿Cuáles cree usted son tres desafíos clave para el nuevo titular de Hacienda?

-Cumplir la regla fiscal. Saber decir que no a los ministros de más influencia en el gobierno. Cambiar el financiamiento en moneda extranjera por moneda local.

Si el presidente da un viraje esta administración se queda sin aire

-¿Calma este nombramiento la preocupación pública de un viraje de rumbo de la administración Alvarado en cuanto al compromiso fiscal?

Creo que el gobierno no tiene opción. Un viraje hacia la irresponsabilidad total le quita el aire al financiamiento y no le permite terminar los dos años y medio que le queda sin que le estalle la crisis. Lo que está por verse es si Chaves tiene ganas de comprarse un pleito que vaya más allá que sostener la burra por lo que falta de la administración.