Edgar Fonseca, editor/Foto Facebook A. Salom
La permanencia del rector de la UNA, Alberto Salom, en su cargo, quedó en la cuerda floja este viernes cuando el Consejo Académico de la institución demandó su renuncia.
En una decisión sin recientes precedentes en el ámbito universitario del país que agudiza un conflicto interno por el poder en la UNA, el Consejo Académico cuestionó “la credibilidad, el liderazgo y la legitimidad” de Salom para continuar en sus funciones.
El acuerdo contra Salom, mentor político del presidente Carlos Alvarado, lo adoptaron el jueves.
El rector Salom no ha formulado ninguna reacción a la exigencia de esa instancia.
Sin liderazgo ni credibilidad
“En favor de la estabilidad del quehacer académico institucional, renuncie al cargo de rector de la UNA, dada la pérdida de liderazgo, la credibilidad y legitimidad requeridas para conducir una institución de educación pública superior que afronta desafíos que requieren la construcción de acuerdos con todos los estamentos de la comunidad universitaria”, sostuvo en una declaración el órgano académico.
La demanda de renuncia trascendió tras dos semanas de tensión en dicha universidad donde estudiantes encapuchados, a los que Salom calificó de “anarquistas”, se negaban a entregar edificios y oficinas que tomaron en protesta por las negociaciones del Fondo Especial Para la Educación Superior (FEES).
La disputa se dio luego que los rectores de las universidades públicas desconocieron un acuerdo con Hacienda para trasladar ¢70 mil millones del FEES de gastos corrientes a gastos de capital, entre ellos infraestructura.
Los rectores propiciaron la paralización de las universidades y fueron a movilizaciones públicas que culminaron con un acuerdo en Casa Presidencial.
En medio de esta disputa, Salom denunció que sospechaba que detrás de la toma de las instalaciones universitarias en la UNA habría extranjeros vinculados, lo cual no ha sido verificado.
Los estudiantes volvieron a bloquear este viernes la transitada ruta al oeste de la universidad.
La demanda del Consejo Académico, decanos y directores académicos, se suma a exigencias parecidas del sindicato institucional y de la Federación de Estudiantes de la UNA.