Las peligrosas relaciones de Ortega con Irán

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Edgar Fonseca, editor/Fotos diario La Prensa, Managua

En medio de la colección de “aliados” del régimen de Daniel Ortega, hay uno que destaca por ser especialmente polémico: Irán, la ancestral nación que se encuentra en el ojo de un conflicto con Estados Unidos. Ahora que en el mundo vuelven a sonar tambores de guerra, muchos están volviendo la mirada hacia Nicaragua por su vínculo político con el país persa, denuncia este domingo el diario La Prensa de Managua.

La “amistad” entre Irán y Nicaragua solo funciona cuando el Frente Sandinista está en el poder y su naturaleza parece ser bastante simple: se basa en el viejo adagio “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, agrega el diario.

Ortega se cree “líder mundial”

Si Nicaragua no obtiene beneficio económico alguno en su relación con Irán, ¿por qué el régimen sandinista la cultiva? 
Para el analista Mauricio Díaz, la respuesta se halla en la visión que Daniel Ortega tiene del mundo. Es decir, Ortega “cree que él es un líder mundial” y su estrategia es “mantener a Nicaragua en el ojo de los conflictos internacionales, un poco tratando de jalar al país hacia lo que vivimos en la época de la Guerra Fría”, sostiene La Prensa.

De esa forma, el dictador nicaragüense “se lanza a nada en el mar del narcisismo internacional”, presentándose como el “gran líder” de un país arruinado económicamente. “Ridículo”, opina el experto. “Los nicas no tenemos ningún beneficio, primero por las enormes distancias que tenemos en materia de comercio internacional, agrega el diario.

Desata inseguridad, incertidumbre

A juicio de Díaz, la cercanía con un país en abierto enfrentamiento con Estados Unidos crea “más nerviosismo, incertidumbre, inseguridad”. No pintamos nada en esa “fiesta” y “cada vez quedamos más solos”, porque las naciones responsables están “hilando fino para resolver los problemas internos de sus países y no entrar a una confrontación de elefantes”.

El peligro, sostiene el excanciller, “es que estamos situados, a los ojos de la comunidad internacional, como un país que tiene aliados fundamentalistas, que no comparten para nada los valores del mundo occidental y cristiano”.

“El canciller Moncada se ha dedicado a visitar países desprestigiados del planeta”, señala Díaz, añade La Prensa.

Espanta inversiones

Pero mientras Ortega se coloca en “el jet set de las izquierdas entre comillas”, los nicaragüenses solo ganamos “el riesgo de que se sigan corriendo las inversiones de otros países y otras empresas”, afirma el excanciller sandinista de los años ochenta, Víctor Hugo Tinoco. 

“Es el primer efecto cuando tenés relación con un país enfrentado con Estados Unidos. Todo mundo guarda sus realitos”.

Ver diario La Prensa, Managua