En ritos satánicos de noche, secta mató a siete indígenas Ngabé Buglé de Panamá/Se decían “profetas” bajados del cielo

1258
  • Edgar Fonseca, editor/Foto diario La Prensa, Ciudad Panamá
  • Los miembros de una secta sospechosos de haber perpetrado la masacre de siete indígenas Ngabé Buglé en El Terrón, una remota aldea de Bocas del Toro, Caribe de Panamá, se decían “profetas, ungidos, bajados del cielo” que iban a exterminar a los no creyentes en Dios, relata un informe de la agencia AP en el diario Crítica de Ciudad Panamá. Hay nueve presos acusados de homicidio agravado. Los “sacrificios” de las víctimas se dieron la noche.

-Tres biblias, un güiro, un tambor, una maraca y dos ramos de rosas son los testigos mudos que permanecen en el altar de madera de un galerón donde se realizaban los ritos.

Salvo los restos de ropa chamuscadas abandonadas en la yerba, a unos metros del galpón, no hay nada que permita saber que aquí ocurrió una masacre; que siete vidas -incluidas las de cinco niños y de una mujer embarazada- fueron tomadas aquí por hombres que dijeron estar “ungidos por Dios” y que debían castigar a los no creyentes.

En un descampado de una montaña remota del Caribe panameño, a donde para llegar se debe tomar un bote que toma más de una hora desde el pueblo más cercano y luego caminar al menos otra hora más, se erige el cobertizo de techo de lámina y unos tablones de maderas que a manera de paredes protegen el improvisado altar y reciben a cualquier con una leyenda escrita a mano y con faltas de ortografía: “Iglesias de Dios. Puente de Salbasión”.

El culto empezó hace unos meses

Es la sede de una secta que se hacía llamar “Nueva Luz de Dios” y de la que hace cuatro días el mundo supo de ella después del hallazgo de siete cadáveres en una fosa distante de su improvisado templo. Ese día también rescataron a 14 personas más que estaban atadas y arrestaron a varios miembros del culto. La tragedia sacudió a Panamá y, sobre todo a El Terrón, la comunidad donde los cerca de 300 indígenas Ngabé Buglé que viven ahí vieron cómo hace unos meses algunos de sus vecinos se sumaron a ese culto. Lo ocurrido hace unos días fue un sacrificio y casi acabó con una familia entera.

Ver diario Crítica, Panamá