Edgar Fonseca, editor/Foto diario Prensa Libre, Ciudad de Guatemala
Un grupo de 36 viajeros guatemaltecos que llegaron la noche del lunes al aeropuerto Santamaría en un vuelo procedente de Europa, pasaron horas miserables, sin comida y durmiendo en el piso de la terminal, incluidos menores de edad, luego que el gobierno de su país impidió la llegada de aeronaves comerciales.
Finalmente partieron este miércoles a las 9:46 a.m., tras casi 40 horas varados, pero no dejaron de denunciar la pesadilla que vivieron, destaca el diario Prensa Libre de Ciudad Guatemala.
María Andree Xitumul contó a Prensa Libre que el grupo de 36 está decepcionado por la forma como el gobierno trató su caso, en especial el embajador en Costa Rica, Mario René Azmitia Zaldaña.
El vuelo en el que viajaba Xitumul llegó a las 18 horas de lunes 16 de marzo a San José procedente de París, Francia. En ese lugar confluyeron otros viajantes guatemaltecos que regresaban de distintos países europeos.
Se suponía que a las 20 horas despegarían hacia ciudad de Guatemala donde arribarían pasadas las 22.
La pesadilla por la orden de su presidente
Sin embargo, relata Prensa Libre, la pesadilla de los guatemaltecos comenzó cuando el presidente Alejandro Giammattei anunció que quedaba prohibido el ingreso a suelo guatemalteco de cualquier vuelo, por lo cual la aerolínea declinó volar a Guatemala, debido a que temía que su tripulación se quedara atrapada en el país. Entonces decidió regresar a Panamá, de donde es la compañía aérea.
El grupo de guatemaltecos, dentro del cual hay tres niñas, debió ingeniárselas para la noche en el aeropuerto, acostados en las sillas o en el suelo de la terminal aérea. Algunos, cuenta Xitumul, no tenían un centavo para comer, por lo cual entre los que tenían algo de recursos compraron pan y lo compartieron.
Hasta la tarde del martes, muchos no habían desayunado y ni la aerolínea ni el Gobierno de Guatemala por medio de su embajador les ofreció alimentación. Solo a algunos se les proveyó de una manta, el resto tuvo que soportar el frío de la noche puesto que no se les permitió acceder a su equipaje.
Durmieron con la esperanza de que el embajador Azmitia les había dicho que temprano el día siguiente se solucionaría el problema.
Pero no fue así.
Les cobraban $980 por otro vuelo
A primera hora del martes despertaron con la noticia de Azmitia de que, si querían llegar a Guatemala este día, tenían que costear el traslado en un avión y que el pasaje les costaría $980 —unos Q7 mil 595—.
Azmitia les advirtió que a primera hora de hoy no habían arreglado “absolutamente nada”, y lo peor, es que ante el inminente cierre del aeropuerto de San José y las fronteras de Costa Rica tenían que abandonar dicha terminal y la opción que les ofreció el embajador fue sacarlos a la pista.
“Estamos muy molestos con el embajador, super decepcionados, porque su sugerencia fue que teníamos que pagar ese dinero —los US$980—. Nos dijo, van a cerrar las fronteras y el aeropuerto y si ustedes no logran salir, porque como no podíamos pasar migración y entrar a Costa Rica para buscar un hotel, nos dijo los vamos a sacar a la pista para que vean qué hacen”, asegura Xitumul.
“Nadie nos ofreció ni cena ayer, ni desayuno ayer ni almuerzo hoy. Nos tienen en un salón tachados, como los que no pueden regresar a su país. Ha sido la peor noche de mi vida”, aseveró la quejosa.