Edgar Fonseca, editor/Foto Samuel Sánchez, El País, Madrid
Sanitarios, cajeras y contagiados de coronavirus en España denuncian las peticiones de sus vecinos o caseros para que abandonen sus viviendas, destaca el diario El País de Madrid este martes 14 de abril.
El día que Clara Serrano comunicó a sus compañeros de piso que estaba contagiada de coronavirus, su casero le dijo que tenía que irse, enfatiza el medio.
La acusó de egoísta
“Me dijo que era una egoísta porque trabajando donde lo hacía, sabía que me iba a contagiar”, explica esta enfermera conquense. Desde hace más de un mes, ejerce su profesión en una unidad madrileña de Covid-19, y según ella, “siempre guardaba la distancia de seguridad” con los otros tres inquilinos. “Decidí salir a la cocina exclusivamente para cocinar y poner la lavadora y comía en mi cuarto”, añade. El 19 de marzo, empezaron los síntomas y, con ellos, los cuidados más minuciosos: “Empecé a usar un baño yo sola y a turnarnos para utilizar la cocina, desinfectándola antes y después”. Sin embargo, cuando cuatro días más tarde le confirman el positivo, la respuesta fue tajante: “Te vas a tener que ir”, reseña El País.
Horas después desalojó la casa. “Tuvo que venir la patrulla de policías a explicarles que no me podían echar”, cuenta, “pero él insistía en que me fuera”. Gracias al apoyo del sindicato de enfermería Satse, se mudó al hotel Colón —ahora medicalizado—, en el que reside desde entonces. “Lo sentí como un ataque al colectivo”, narra.
Son delitos de odio
“Por lo visto, había otro chico al que le habían hecho lo mismo y estaba en el coche, con fiebre, sin tener una cama en la que dormir. Luego vinieron muchos más”, añade esta joven de 31 años. Estos actos han sido condenados por María Pilar Allué, comisaria principal y jefa de personal de la Policía Nacional. “Son delitos de odio. Son denunciables, reprobables y perseguibles”, incidía este martes en la comparecencia del comité técnico, según el diario madrileño.