Españoles se lanzan a las calles tras 42 días de cuarentena/”El paisaje ha cambiado”, relatan

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Edgar Fonseca, editor/Foto diario El País, Madrid

Por fin ha llegado el día. 42 jornadas después de que se declarara el estado de alarma en España, más de seis millones de niños menores de 14 años tienen, a partir de este domingo, permiso para salir de casa a dar un paseo de una hora, y el paisaje ha cambiado en las calles, relata el diario El País de Madrid.

  • Con 26.190 muertes y 226.629 contagios a este domingo 26, España es el tercer país más afectado en el mundo por la pandemia del coronavirus, según el reporte del Johns Hopkins University & Medicine de las 11:31 a.m.

Se ven patinetas, bicicletas

Se ven patinetes y bicicletas, incluso alguna familia que ha decidido salir al completo, los dos progenitores con sus hijos, cuando solo está permitido que un adulto acompañe a un máximo de tres niños a una distancia de hasta un kilómetro desde su domicilio. Miles de pequeños han salido ya a la calle. Muchos llevan sus propios juguetes, pero saben que no les está permitido compartirlos. Han podido airearse, sí, pero respetando la distancia social. Si para ello hay que hacer requiebros imposibles, esquivando a otros transeúntes, se hacen, agrega el diario.

“No me acuerdo como era pedalear”

Con tantos días de tensión acumulada, a veces las cosas no salen como uno quisiera. Carlota, la hija de seis años de Cristóbal, no quería subir a la bici. Y eso que era pronto y la plaza a la que habían bajado, en Barcelona, grande. “Que no me acuerdo de pedalear”, decía enfadada. “Acuérdate de que solo tenemos una hora”, insistía su padre. “Yo lo que quiero son mis amigas”, respondía la niña enfurruñada, detalla el diario.

En la ciudad, según El País, el entorno de la Sagrada Familia ha sido tomado por vecinos con niños. La salida de menores a la calle se produce sin incidentes: en los barrios próximos al mar, los vecinos se han acercado hasta la playa, cerrada, aunque hay quien ha cruzado las cintas de la Guardia Urbana. El centro histórico sigue desierto, las familias prefieren las calles más anchas, como las del Eixample, que permite pasear guardando las distancias. Aunque abunda, eso sí, la picaresca de familias que han salido enteras, padre y madre con los niños. Cuando la Guardia Urbana les para aseguran que no sabían que solo podía salir uno de los dos.