San José, la ciudad más costosa de Centro América

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Edgar Fonseca, editor/Google Images

San José es la capital más costosa para vivir en Centroamérica, revela un ranking de la firma Mercer.

San Juan, Puerto Rico, en el puesto 66, es la más costosa en el área de Suramérica y el Caribe, detalla el estudio Mercer’s 26th annual Cost of Living Survey.

Le siguen: Puerto España, Haití, 73, San José, 78, y Montevideo, Uruguay, 88.

Managua, puesto 198, es la ciudad menos costosa de la región, agrega el informe.

Caracas en Venezuela fue excluida de la clasificación debido a la compleja situación de la moneda; su clasificación habría variado mucho dependiendo del tipo de cambio oficial seleccionado, agrega.

Nueva York, la más cara

Si bien la recesión económica mundial se apoderó durante la primera parte del año, la fortaleza del dólar aumentó los costos para los expatriados en las ciudades de los Estados Unidos, agrega el estudio.

Como resultado, consigna, las ciudades de los Estados Unidos han subido en el ranking de las ciudades más costosas de este año. Nueva York (6) es la ciudad mejor clasificada del país, seguida de San Francisco (16) Los Ángeles (17) Honolulu (28) y Chicago (30). Winston Salem, Carolina del Norte (132) sigue siendo la ciudad estadounidense menos costosa encuestada para expatriados.

Canadá

El valor del dólar canadiense se ha apreciado, provocando saltos en la clasificación de este año. Con dieciocho lugares más que el año pasado, Vancouver (94) es la ciudad canadiense más cara del ranking, seguida de Toronto (98). En el puesto 151, Ottawa es la ciudad menos cara de Canadá, según dicho ranking.

La pandemia revolcó todo

El Mercer’s 26th annual Cost of Living Survey encuentra que factores específicos como las fluctuaciones monetarias, la inflación de costos de bienes y servicios y la inestabilidad de los precios de alojamiento son esenciales para determinar el costo de los paquetes de expatriados para los empleados en tareas internacionales.

“La pandemia de COVID-19 nos recuerda que enviar y mantener a los empleados en tareas internacionales es una gran responsabilidad y una tarea difícil de manejar”, dijo Ilya Bonic, presidente de carrera y jefe de estrategia de Mercer.

“En lugar de apostar por un dramático resurgimiento de la movilidad, las organizaciones deberían prepararse para la redistribución de sus fuerzas de trabajo móviles, liderando con empatía y entendiendo que no todos los expatriados estarán listos o dispuestos a ir al extranjero”, dijo Bonic.

A corto plazo –agrega el informe Mercer– la preparación para este nuevo enfoque de la movilidad global puede implicar la reubicación de los beneficiarios que han sido repatriados. A mediano plazo, la prioridad será realinear la fuerza laboral móvil con nuevos modelos económicos enfocados en cadenas de suministro más cortas, más movimientos regionales y una necesidad renovada de capacitar al talento. Además de estas preocupaciones, la información relevante sobre el costo y la ubicación de las tareas en todo el mundo será un factor crítico después de la crisis.