Edgar Fonseca, editor
Fue una acción atroz que estremeció al país.
Fue la acción, sin precedentes, de sicarios a sueldo que mataron por primera vez a un polémico comunicador.
El 7 de julio de 2001 el asesinato del inquieto, incómodo y polémico locutor de origen colombiano Parmenio Medina, director del programa radial humorístico de denuncia La Patada, destapó ante la opinión pública hasta dónde podían llegar algunos afectados por sus controversiales transmisiones.
Gatilleros lo esperaron, emboscaron y mataron a balazos en una calle de San Miguel de Santo Domingo de Heredia, mientras conducía su vehículo cerca de su residencia, tras semanas de intensas denuncias, de su parte, por supuestas anomalías con la emisora Radio María y su entonces director el sacerdote Minor Calvo.
La causa judicial llevó a la sentencia del empresario Omar Chaves, a 35 años de prisión, quien desde 2019 disfruta del beneficio de casa por cárcel debido a razones de salud.
Tras 19 años de aquel suceso, la figura del comunicador no es olvidada por quienes compartieron experiencias profesionales con Medina quien hizo vasta carrera en emisoras como Monumental y Columbia.
Estaba comiendo cuando recibí la noticia del asesinato, recuerda Norval Calvo
“Parmenio fue sin duda un maestro de la radio tanto como productor y guionista”, resaltó la noche de este miércoles 8 de julio el humorista y productor radial Norval Calvo, director del programa Pelando el ojo, ante consultas de este editor.
Calvo desarrolló los inicios de su carrera al lado de Parmenio en La Patada.
“Su habilidad y olfato para los temas y sobre todo su capacidad de meterle humor hizo que La Patada fuera el programa radial más importante del país por su gran audiencia por muchos años y sobre todo dejar escuela en quienes seguimos sus pasos”, enfatizó.
–¿Dónde estabas ese día?
-Me encontraba comiendo. Y recibí la noticia de que lo habían baleado pero que iba camino al hospital sin saber qué minutos después nosotros llegando al Calderón Guardia estaba falleciendo. Nos fuimos directo para el hospital. Y ya había fallecido.
-¿Qué sentiste al recibir la noticia?
-Un gran pesar, susto, nostalgia. Algo que no podía comprender ni explicar de quién minutos antes habíamos visto al salir de trabajar y de grabar el programa con él.
-¿Cuántos años llevabas de trabajar con él?
-Llevaba 10 años de trabajar con él, como imitador del programa.
-¿Cuáles ves de las mejores lecciones de trabajar a su lado?
-1- Disciplina 2- Pasión por lo qué haces 3- Y trabajo 4- Capacidad de Liderazgo. Esas son las 4 lecciones más grandes que pude aprender de él. Además de su capacidad como guionista.
-¿Y de asumir el micrófono para la denuncia como lo hizo él?
-Pues él tenía ese perfil en su programa. Sin embargo cuando muere y decido emprender Pelando El Ojo preferí meter más humor que denuncia o periodismo investigativo.Eso pensé iba más de la mano a los noticieros que tenían ese perfil de denuncia más no a Pelando el Ojo.Por el contrario que la gente se riera más y disfrutara más. Esa era la consigna.
Muchos no te recuerdan, muchos no te han olvidado
Hoy en que quizás muchos no te recuerdan y muchos te han olvidado, relató en un post Facebook el comunicador limonense Martín Montoya.
Sigues en el recuerdo de muchos amigos que como yo compartimos contigo y disfrutamos de tus bromas, y recordamos cuando tomábamos cualquier instrumento ollas, tarros y lo que fuese posible para hacer bulla en las grabaciones de La Patada, añade.
Como disfrutábamos de la mofa en tus denuncias, cómo eran de fuertes tus denuncias, que ponían a muchos a temblar, los sábados que se grababa, y el domingo se Cargaban”, jajajaja así nos lo decías a muchos, recuerda Montoya.
Esas denuncias –destaca– que te generaron tanta admiración, crearon odio y temor en muchos y de ahí saldrían tus asesinos, que escondidos en el anonimato, se esconderían para acabar con tu vida.
Descansa amigo, descansa en la paz, que por 19 años te ha brindado Nuestro Señor en su Reino, cita Montoya.
Hoy continúas siendo inspiración en muchos que cómo yo, creó en lo que tanto pregonaste y era la herramienta del pueblo a través de los medios para denunciar, destaca el post.
De las amenazas a la muerte
El locutor comenzó a recibir diversas amenazas para evitar que hiciera públicas sus investigaciones, reseña un informe del sitio Primera Plana de 2015.
De la amenaza telefónica se pasó a la acción. Disparos dirigidos a su casa de habitación el 9 de mayo del 2001 alertaban sobre la seriedad de las amenazas, agrega dicho reporte.
Dos meses después de aquel tiroteo –consigna– Parmenio fue asesinado y el caso desencadenó uno de los procesos judiciales más extensos en la historia jurídica de Costa Rica.
El sacerdote Minor Calvo fue sentenciado -por el delito de estafa- a descontar 15 años de prisión. Por el mismo delito se condenó al empresario Omar Chaves a 12 años de prisión y a 35 años por considerarse el autor intelectual del delito de homicidio contra Parmenio Medina, cita Primera Plana.
Mediante un recurso de casación la pena de Calvo se redujo a 8 años de prisión. Al cumplir la mitad de la pena y debido a su buen comportamiento, salió de la cárcel de San Sebastián el 26 de mayo del 2009 para quedar en completa libertad el 9 de agosto de ese mismo año, añade el reporte.
Medina Pérez nació el 2 de enero de 1939, en Antioquia, Colombia pero desde muy joven se vino a Costa Rica donde comenzó a labrar una notoria carrera periodística, resalta Primera Plana.
En sus inicios el locutor se destacó en los deportes, en especial en las carreras ciclísticas donde narró varias vueltas de Costa Rica, así como denunció irregularidades y abusos que se dieron en estas competencias, agrega dicho medio.