Edgar Fonseca, editor
Sin el masivo desplazamiento de cientos de miles de romeros, como es la tradición anual, y con la basílica a puertas cerradas, la jerarquía de la iglesia católica celebró este domingo, en Cartago, el día de la Virgen de los Angeles, patrona de Costa Rica.
La pandemia del nuevo coronavirus que deja a este domingo, dos de agosto, 162 muertes y 18.975 contagiados, 366 hospitalizados, 98 de ellos en cuidados intensivos, derivó en una restricción sanitaria extraordinaria desde el ministerio de Salud que impidió celebrar la romería.
Es la segunda ocasión en los últimos 11 años en que se frustra la mayor concentración de feligreses anual en el país.
La anterior también se debió a la pandemia del A(1HN1) en 2009.
La celebración de la aparición de la imagen de “la Negrita”, hace 385 años, fue sobria, limitada a los obispos concelebrantes, sacerdotes y un reducido grupo de religiosos que tuvo acceso al templo referente de la tradición católica de los costarricenses.
La mayoría de participantes aparecieron con caretas y tapabocas sanitarias.
No solo fue evidente la ausencia de feligreses.
La celebración se realizó sin la participación de los miembros de los supremos poderes de la República.
Llamado al diálogo
El obispo de Cartago, Mario Enrique Quirós, aprovechó la homilía del evento para llamar al diálogo en el país.
“Urge en estos tiempos una propuesta de escucha y diálogo atento entre sectores, la mejor decisión es aquella que se toma bajo la escucha y reflexión de los distintos puntos de vista”, dijo el prelado.
Pidió que se atienda el clamor de diferentes sectores desde agricultores, empresarios, turismo, industrial, pesqueros.
Instó a que se convoque “a una mesa de diálogo para resolver sus situaciones difíciles que les aquejan”.
“El diálogo –dijo Quirós– sigue siendo la forma en que nosotros, los costarricenses, debemos propiciar para poder entendernos y salir adelante en esta barca”.
“Cada uno es parte de la solución, cada uno es respuesta a lo que estamos viviendo”, afirmó.
“No podemos pasar de largo, hermanos y hermanas que claman por sus trabajo digno, para asumir sus responsabilidades”, fdestac´p monseñor Quirós.
“El desafío –enfatizó– es cómo abrir nuevas oportunidades para los desempleados”.
“Será –añadió– una reflexión de todos para solventar esta situación que empobrece más al costarricense”.
“Se trata de atravesar este fuerte oleaje solidariamente, con responsabilidad y aprender de la historia, no separados, remando cada uno según su parecer, tampoco solos ni indiferentes, sino de la misma forma en que fuimos conformados, como nación, unidos y solidarios”, remarcó.