Edgar Fonseca, editor/Foto Getty Images, Time
Lo único más poderoso que un dragón es un asesino de dragones. Durante cuatro años, la inclinación de Donald Trump por la división y el caos fue la fuerza dominante en la vida estadounidense. Al final, después de una batalla larga e insoportable, fue vencido por la promesa de decencia, unidad y sanación nacional de Joe Biden, destaca el sitio Time tras el histórico triunfo electoral del candidato demócrata.
La victoria de Biden fue a la vez ampliamente esperada y obstinadamente dudada, agrega.
Llegó –dice– después de días de recuento de votos que era predecible y angustioso.
No fue el deslizamiento de tierra fácil que muchos demócratas esperaban: Trump fue derrotado, pero el trumpismo parece más arraigado que nunca en el Partido Republicano.
Los republicanos obtuvieron escaños en la Cámara y parecía más probable que no mantuvieran el control del Senado, a la espera de dos reelecciones del Senado en Georgia.
Pero todo el tiempo, Biden había apostado a que lento y constante ganaría la carrera, y el sábado esa apuesta finalmente dio sus frutos.
Biden mantuvo la calma durante las primeras derrotas en la noche de las elecciones, pidió paciencia durante las demoras en el conteo de votos en estados cruciales y proyectó confianza a pesar de los torrentes de desinformación difundidos por el presidente.
Reconstruyó el llamado “Muro Azul”
Reconstruyó el llamado “Muro Azul” que se derrumbó en 2016; primero Wisconsin, luego Michigan, finalmente Pennsylvania se inclinó a su favor, un lento redoble de rechazo a un presidente que había ganado los tres estados hace cuatro años, amplía Time.
Biden –enfatiza Time– ganó más votos que cualquier candidato presidencial en la historia de Estados Unidos, rompiendo el récord de Barack Obama. A medida que los totales de las boletas enviadas por correo disminuyeron el miércoles y el jueves, su equipo se animó cada vez más. Para el viernes, el estado de ánimo estaba extasiado.
Cuando Biden tomó la delantera en Pensilvania, los GIF de Gritty, la mascota de los Philadelphia Flyers, comenzaron a circular en las salas de espera del personal. Los empleados celebraron con una fiesta de baile digital sobre Zoom, con champán o café o lo que la gente estuviera bebiendo en sus hogares. La victoria fue una reivindicación de un estilo de política estadounidense que muchos temían que hubiera desaparecido para siempre.
Un político de carrera en una nación que dice odiarlos, Biden ganó no con un impulso histórico como lo hizo Obama, ni por sorpresa como lo hizo Trump, sino con la firme deliberación de un hombre que sabe quién es y lo que Estados Unidos necesita, reflexiona Time.
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