Iota devastó Providencia y San Andrés, islas del Caribe colombiano cercanas a puerto Limón

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PuroPeriodismo/Colombia/Foto Teleislas, Semana, Bogotá

Los habitantes de las islas San Andrés y Providencia en el Caribe de Colombia, cercanas a puerto Limón, Costa Rica, vivieron el verdadero terror con el destructor paso del huracán Iota, destaca el sitio El Espectador de Bogotá.

No hubo tiempo para reaccionar, tampoco para prepararse. Apenas estaban comenzando a recuperarse de los coletazos del huracán Eta cuando Iota ya proyectaba su recorrido catastrófico. Y las dimensiones de la tragedia apenas comienzan a conocerse, añade el informe.

Verdadero terror

Sin comunicaciones, atemorizados, evadiendo el sueño y encerrados en los baños. El servicio de electricidad en San Andrés se perdió en varias zonas desde la madrugada del pasado lunes y en sectores como San Luis, el Cove y Backers Hill, por ejemplo, los raizales siguen a oscuras. El mar rugía, postes cayeron, techos de láminas volaron. Los árboles cerca a las viviendas frágiles amenazaban con desplomarse. Fuertes olas erosionaron parte de la vía circunvalar y cubrieron la peatonal.

La llegada del huracán Iota (de categoría 5) al archipiélago de San Andrés y Providencia se demoró más de lo que creían los habitantes de la zona. Y los efectos de su visita aún se están descubriendo. “Nosotros esperábamos esa afectación el sábado, pero no llegó. El domingo comenzaron los vientos fuertes. En el sector donde resido la luz se fue a las 3 a.m. Otras personas llevan dos días sin el servicio. Al lado tenemos una cerca eléctrica destruida porque un árbol la derrumbó”, cuenta Andrea Luligo, quien vivió la calamidad junto a su madre, en el barrio la Loma, relata El Espectador.

Relata que las noticias sobre la devastación empezaron a llegar a cuentagotas, pues solo dos emisoras tenían señal: Radio Nacional y RCN Radio. “Al escuchar los testimonios me di cuenta de que mi situación no era tan mala. Cuando nos enteramos de que la categoría era la máxima, evidentemente, todos nos asustamos”, señala.

Por redes sociales también comenzaron a circular videos y fotografías que daban cuenta del desastre. “Se nos voló el techo de la casa; estamos en Morris Landing. Tengo a mi papá de la tercera edad y mi hijo de seis años; el celular sin batería”, manifestó Maribel Rodríguez.

Ver: El Espectador, Bogotá