Paso en falso…

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Protest people crowd silhouette.

Edgar Fonseca, editor

“En río revuelto”, decían sabios nuestros abuelos, “ganancia de pescadores”.

Y eso es lo que parece acontecer en estas horas desde algunos recodos políticos o públicos cuando más sensatez y lucidez se necesita, cuando más altura de mira se espera de dirigentes y líderes.

Los acontecimientos de la reciente semana son fieles testigos.

El movimiento Demo Lab dio un paso en falso

No dudo de sus muy buenas intenciones: recoger lo mejor del pensamiento para aportar propuestas frente a las urgencias fiscales.

No dudo de los atestados de sus miembros, de sólida formación, algunos de ellos, en el INCAE, y en otros centros de educación superior.

No dudo de sus fines altruistas.

Pero, pecado capital, enviaron una confusa señal al exigir a la ciudadanía estridencia.

Cayeron en la vorágine de las redes.

Y, de buenas a primeras, demandaron un presidente y una cómoda y dócil representación legislativa –muy al estilo PRI–, como lo consignó el mensaje tras la proclama del Monumento Nacional, muy desafortunada ocurrencia.

Una lanzada ajena a la compleja, a la multiforme realidad socio-política de estos tiempos.

Agravaron la confusión cuando, entre sus voces, emergieron figuras del status quo con profundo sedimento negativo en la empatía pública.

¿Deliberada decisión?

¿Traición de instintos?

Vaya usted a saber.

El linchamiento colectivo no tardó.

Lo que pudo despegar como un promisorio esfuerzo de pensamiento, de análisis y de iniciativas, fue arrasado.

Un paso en falso que debe servir de lección no solo a sus dirigentes sino a quienes tratan de aprovecharse de este río revuelto…

…El espejismo de las coaliciones

El país urge nuevos liderazgos, jóvenes, innovadores, atrevidos, visionarios.

En su lugar, momias políticas se resisten a su destino.

Y aparecen globos sonda de coaliciones fantasmales, prehistóricas.

Una lectura equivocada en esta crucial etapa.

En vísperas de la carrera electoral hacia febrero 2022, ni PLN ni PUSC terminan de mascar sus recientes debacles electorales.

Les abruma el oportunismo, el cálculo y la mezquindad.

No terminan de entender por qué el país les dio la espalda y se lanzó, hace ya casi 8 largos años, a la aventura en la que andamos.

Un peligroso fiordo en el que, cualquier “iluminado”, puede hacernos saltar.