PuroPeriodismo/Conservación/Foto Oliver Pilcher, Condé Nast Traveler
En agosto de 2020, en medio del bloqueo por la pandemia, Costa Rica anunció su trigésimo parque nacional. La antigua isla prisión de San Lucas, frente a Puntarenas en la costa del Pacífico, es un refugio para monos aulladores, murciélagos, arañas, serpientes, venados, faisanes, tiburones martillo, mantarrayas y tortugas marinas, y ahora también lo será para excursionistas y aficionados a la historia deseosos de conocer el Alcatraz de Centroamérica, destaca el sitio Condé Nast Travelers en un amplio informe sobre los esfuerzos conservacionistas que hacen del país un modelo mundial.
Esta noticia fue un poderoso recordatorio de que el planeta sigue siendo una prioridad principal, más allá de la pandemia, y del compromiso incondicional del país de proteger sus entornos naturales, por su propio bien y para mitigar el cambio climático. El ecoturismo ha jugado un papel principal en esto, ayudando a financiar la preservación de los etéreos bosques nubosos de Monteverde y las remotas selvas de la Península de Osa, así como destinos populares como los parques nacionales de Tortuguero y Manuel Antonio. Y aunque los países de todo el mundo han adoptado un enfoque del turismo similar al de Costa Rica, quizás en ningún otro lugar los ciudadanos desempeñan un papel tan importante como las autoridades.
La conservación, aquí, es una causa nacional, ratifica el prestigioso sitio dedicado a la industria del turismo mundial.
Ver: Costa Rica’s Buzzy Nicoya Peninsula Is a Natural Haven for Creatives, Condé Nast Travelers