Ovidio Muñoz, periodista
Cayetana Álvarez de Toledo es una brillante periodista, historiadora (de Oxford) y diputada española. Alimenta la sana costumbre de pensar por su cuenta.
Les planta cara (y cerebro) a quienes pretenden decirle cómo actuar, cómo pensar, cómo hablar, ese mal tan común en la actualidad, cuando supuestos defensores de la libertad tratan, a toda costa, de uniformarnos, uniformarnas y uniformarnxs.
Cayetana está en contra, por supuesto, del feminismo radical, de la majadería del “lenguaje” inclusivo.
Cayetana es inteligente.
Cuando le preguntaron si es feminista respondió que sí, una feminista amazónica de las que habló Camille Paglia, quien defendía la igualdad entre las mujeres y los hombres, sin privilegios para ninguno, nada de cupos, nada de tratos especiales, nada de sobreproteger a las mujeres, nada de infantilizarlas, de tratarlas como si fueran menores de edad.
Al nuevo feminismo lo retrata así: “es a la vez mojigato y vengativo.
Busca un enfrentamiento identitario entre mujeres y hombres. Ellas: buenas, inocentes, víctimas. Ellos: malos, culpables, agresores.
Es una visión simplista que falsea la fértil historia de colaboración entre los sexos y envenena la relación entre hombres y mujeres”; (El Mundo, 2019).
En 2021, en una conversación con el canal de Youtube “El liberal”, habló de nuevo sobre su forma de entender el feminismo: “no acepto y no asumo la condición de víctima; yo no he nacido víctima y no necesito que me digan qué decir, hacer u opinar. No acepto que eso lo haga un hombre, por lo tanto tampoco acepto que lo haga una mujer por el mero hecho de compartir los mismos órganos sexuales que yo”.
Ante tanta lucidez y verdad, yo tengo únicamente una pregunta: ¿habrá forma de clonar a Cayetana Álvarez de Toledo y traernos unas cuantas docenas para Costa Rica?
Fuente: periodista Ovidio Muñoz, Facebook
