Editorial diario El País, Madrid
A Costa Rica ha llegado también la ola del populismo de aires trumpistas, pese a ser una de las democracias más estables de América Latina. En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo, el país ha optado por un economista de verbo encendido como próximo presidente. La victoria de Rodrigo Chaves confirmó las expectativas abiertas en la primera vuelta sobre el exmandatario José María Figueres, con la promesa de erradicar la política tradicional que encarna el mismo Figueres y combatir la corrupción, sin concretar muy bien qué implica eso. El resultado augura un cambio de rumbo en el país centroamericano tras haber obtenido el 52,81% de los apoyos, frente al 47,2% del expresidente José María Figueres, que ofreció un mensaje conciliador y contra los antagonismos al aceptar su derrota. La desmotivación social ante los dos candidatos se expresó con una abstención del 43,15%, superior a la de la primera vuelta, que había sido ya la más alta desde mediados del siglo XX.
…Costa Rica no puede perder la senda de la estabilidad que le ha caracterizado en detrimento del personalismo que tanto daño ha hecho en la región.
Especial PuroPeriodismo: El País, Madrid