Un ser humano extraordinario

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Marcela Angulo, periodista

Don Fernando Felipe Terán

Falleció el estimado caballero Ing. Fernando Felipe Terán Alvarado, un ser humano extraordinario que siempre tuvo presente las necesidades de los demás.

Lo conocí durante mi carrera en el Grupo Nación.

Don Fernando Felipe fue miembro de la junta directiva de 1985 a 1995, junto con otras grandes figuras nacionales y respetables, como don Fernán Vargas Rohmoser y don Julián Mateo. Don Manuel Jiménez Borbón era entonces el presidente del directorio.

La sensibilidad y el cuidadoso trato de los empleados de La Nación, amén de su criterio independiente e innovador en la conducción del diario, se ganaron mi admiración desde entonces.

Don Fernando Felipe Terán proviene de una prestigiosa familia cafetalera que se radicó al este de la ciudad de San José. Él fue uno de los que promovió la creación del distrito de Sánchez, donde se asienta su hogar.

Con la crisis de los ochentas, cuando el precio del café comenzó a bajar, la familia se propuso urbanizar algunos de sus terrenos y creó la empresa desarrolladora La Laguna.La Laguna construyó inicialmente los barrios del norte y sur de Lomas de Ayarco y, posteriormente, otros barrios de Curridabat como Guayabos y otros proyectos en el cantón de La Unión.

Su familia y él siempre actuaron con la filantropía de la mano.

Enfocados en el bienestar de sus vecinos, él y sus antepasados contribuyeron a la creación de escuelas, centros de salud y del cuidado de los adultos mayores.

Muchísimas otras obras se hicieron desde el seno del Club Rotario de Curridabat, del que fue siempre miembro destacado por du desprendimiento a compartir lo que estaba a su alcance.

Los parques de Curridabat fueron objetivo importante en cada urbanización. Y parte del mantenimiento lo ofrecía gratuitamente La Laguna, con donaciones de plantas y árboles o iluminación.

Hoy, Sánchez, el segundo distrito con mejor desarrollo humano, goza de preciosos parques recreativos, en los que los vecinos se han ido involucrando poco a poco.

La gran obra en la que la familia de don Fernando ha participado, no consiste en el desarrollo consciente de los proyectos habitacionales u oficentros. Consiste, más bien, en la calidad de vida que estos conllevan.

No es un negocio constructivo. Cada plan es un pedacito de bienestar que dona a los costarricenses, con gran desprendimiento y amor.

Por eso no puedo dejar de agradecer el privilegio de haber conocido a don Fernando Felipe Terán, quien además tuvo gestos importantes para la redacción del diario, a la que yo pertenecía, cuando fue su directivo.

Descanse en paz estimado don Fernando Felipe Terán Alvarado. Mis condolencias a su emprendedora y solidaria esposa, doña Ileana Jiménez de Terán, a sus hijos y nietos.

Fuente: Facebook Marcela Angulo, periodista