Cynthia Briceño, periodista, Zona de Prensa Comunicaciones
1. Atacar a todos los periodistas.
No se puede mantener un discurso de ataque a los medios en cada rueda de prensa. Sí se puede señalar al medio en concreto o mencionar “un medio de comunicación”, pero generalizar es malísimo.
2. Improvisar!
Un vocero no puede llegar hasta el micrófono sin antes haber pensado que dirá o como lo dirá. Hay que prepararse y dejarse asesorar. Y, si no se esta preparado para ello, entonces no mostrar su falta de preparación o poco manejo.
3. Mostrar un estilo desordenado y mensajes improvisados.
En un tema de crisis, no es posible no prepararse con mensajes correctos. Con la estructura adecuada, con el lenguaje correcto y las ideas ordenadas. Mantener conversaciones a micrófono abierto, o tener que interrumpir ideas- aunque estas sean desafortunadas- denota poca preparación.
4. Mantener un estilo coloquial como postura.
Ya no vale ser “campechano” para parecer cercano: Aunque siempre se aconseja hablar de forma clara y concisa, sin usar muchos tecnicismos; es totalmente contraproducente usar un lenguaje demasiado coloquial o incluso vulgar. En este sentido, decir “esa fauna… etc.” solo servirá para dar contenido a RRSS ó para nuevos ataques.
5. Excesivo dramatismo: a todo el mundo no le queda bien el papel de víctima.
Aludir constantemente a una conspiración, sin mencionar exactamente a los culpables, genera ruido y no transmite credibilidad. Es mejor limitarse a exponer hechos concretos de forma correcta y sin sobresaltarse. Enojarse, atacar, o peor aún, tirar la piedra y esconder la mano es lo peor que puede hacer una persona que se considera o quiere parecer una víctima.
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