Las decenas de oficiales y antimotines, que mantienen encerrados al obispo de Matagalpa, Rolando José Álvarez, y a diez de sus colaboradores en la Curia Episcopal, trastocaron la vida cotidiana del centro de la ciudad con la suspensión de actividades de sus moradores, afectaciones a negocios y limitaciones al transporte en los alrededores, cuando se cumple una semana del cerco policial este miércoles 10 de agosto y cuando crecen las presiones del régimen para lograr su destierro, según fuentes eclesiásticas, destaca el sitio Confidencial de Managua.
Cuando Álvarez enfrentó a los policías con el Santísimo en las manos acompañado de fieles con sus rosarios el pasado 4 de agosto, “José” sintió miedo porque a su cabeza vinieron los días de abril de 2018, signados por la represión. Para él, significó también un problema posterior: enfrentarse día a día al cordón de oficiales que bloquea la vía de acceso por la que debe cruzar para llegar a su centro de labores. Entonces decidió que lo mejor era quedarse en casa para evitar problemas.
La ciudad de Matagalpa se expande en el norte del país. Tiene un área de 619.4 kilómetros cuadrados, está localizada a 128 kilómetros de Managua y cuenta con dos vías principales que permiten recorrerla: una calle para “subir” conocida como la del Comercio. La otra es útil para “bajar” y le dicen la “Calle de los Bancos”, por la presencia de financieras y bancos, es la que actualmente se encuentra tomada por las autoridades y donde la población es sometida a estrictos controles policiales, detalla dicho sitio.
Especial PuroPeriodismo: Confidencial, Managua