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Paul Pelosi, esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, fue atacado la madrugada del viernes por un intruso que irrumpió en la casa de la pareja en San Francisco y le fracturó el cráneo con un martillo en lo que una fuente policial dijo que parecía ser un ataque dirigido, informa Los Angeles Times.
Paul Pelosi, de 82 años, sufrió numerosos golpes en la parte superior del cuerpo, sufrió lesiones en manos y brazos junto con una fractura de cráneo que requirió cirugía, dijeron las autoridades, según dicho sitio.
Otra fuente que fue informada sobre el ataque dijo que el agresor gritó: “¿Dónde está Nancy? ¿Dónde está Nancy? antes de enfrentarse a Paul Pelosi.
Drew Hammill, portavoz de la oficina de la representante demócrata, dijo en un comunicado que Paul Pelosi fue llevado al Hospital General Zuckerberg San Francisco, donde “se sometió a una cirugía exitosa para reparar una fractura de cráneo y lesiones graves en su brazo y manos derechos”.
Sus médicos “esperan una recuperación completa”, dijo Hamill.
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Al comienzo del asalto, Paul Pelosi le dijo al intruso que tenía que usar el baño, luego hizo una llamada subrepticia al 911 desde su teléfono celular y dejó la línea abierta, dijeron a The Times fuentes familiarizadas con el ataque. La despachadora Heather Grimes pudo escuchar a Pelosi hablando con su atacante y alertó a los oficiales de la escena, añade el Times.
“Es realmente gracias al Sr. Pelosi por tener la capacidad de poder hacer esa llamada y verdaderamente la atención y los instintos de ese despachador para darse cuenta de que algo andaba mal y hacer que la llamada de la policía fuera una prioridad”, San Francisco Dist. Abogado Brooke Jenkins le dijo a CNN y agregó que los oficiales llegaron a la escena en dos minutos.
El jefe de policía Bill Scott en comentarios anteriores agradeció a Grimes por un “trabajo realmente increíble”.
El ataque se produjo 11 días antes de las elecciones intermedias. La representante Nancy Pelosi (D-San Francisco) ha estado en modo campaña, recaudando millones de dólares para los candidatos y presionando para mantener la mayoría que los demócratas tienen en la Cámara mientras el poder del partido está en juego.
