Edgar Fonseca, editor/Foto Tass, DW, Alemania
Costa Rica rechazó y condenó la ilegal anexión de las regiones ucranianas de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhzhia por parte de la Federación de Rusia, anunciada por Vladimir Putin el viernes anterior.
La condena fue hecha pública por el Ministerio de Relaciones Exteriores tras el anuncio ruso censurado a nivel global.
Según la Cancillería, se trata de la mayor anexión en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Descarta legitimidad
Costa Rica no reconocerá como legítima ninguna adquisición territorial resultante de la amenaza o el uso de la fuerza en violación de la soberanía, la independencia política y la integridad territorial de Ucrania y que, además, es incompatible con los principios de la Carta de las Naciones Unidas, destacó el anuncio oficial.
Relaciones Exteriores deploró el veto ejercido por Rusia en la sesión de la tarde del viernes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,
Llamado a no avalar la maniobra rusa
El canciller, Arnoldo André, llamó a la comunidad internacional a no avalar ni reconocer las supuestas anexiones y cooperar para ponerles fin.
Demandó a la Federación de Rusia para que retire sus fuerzas armadas del territorio de Ucrania de forma inmediata, completa e incondicional, con el fin de fomentar una resolución pacífica del conflicto mediante el diálogo político, la negociación, la mediación u otros medios pacíficos.
Costa Rica ratificó su apoyo y solidaridad con Ucrania, quien no autorizó “los llamados referendos” celebrados en dichas regiones del 23 al 27 de septiembre de 2022.
La diplomacia costarricense lamentó que, en consonancia con lo expresado por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad continúe eludiendo la responsabilidad especial que le concede la Carta como un garante de la paz y la seguridad internacionales.
El proyecto de resolución, se informó, fue presentado por Estados Unidos y Albania, y apoyado por diez de los quince miembros del Consejo, con el voto en contra de Rusia y cuatro abstenciones.
Debido al veto de la Federación de Rusia, la Asamblea debe ahora reunirse automáticamente en un plazo de diez días para que los 193 miembros del organismo examinen y comenten la votación. Cualquier uso del veto por parte de cualquiera de los cinco miembros permanentes del Consejo desencadena dicho debate.
