Rodrigo Noriega, La Prensa, Ciudad Panamá-La destitución de la ministra de Relaciones Exteriores Erika Mouynes, ayer lunes 10 de octubre, representó un balde de agua fría para aquellos que pensábamos que la mejor integrante del gabinete iba a terminar el periodo presidencial.
En el estilo usual de estos actos de desgobierno, ninguna de las partes involucradas ha dado explicaciones. Todo lo cual deja este despido al mundo del rumor, del rencor, y el bochinche.
Para sus críticos, la ministra Mouynes les estaba tapando el sol, robando cámara y haciendo muchas olas internacionalmente. Esta fue la ministra que negoció las vacunas contra la covid-19 que tantas vidas salvaron. Esta fue la ministra que se les plantó a los europeos sobre el tema de las listas discriminatorias. Esta fue la ministra que en un foro de Bloomberg en Panamá hizo aquella memorable presentación y defensa de los intereses panameños.
En materia administrativa, la ministra Mouynes promovió la institucionalización de la carrera diplomática y la continuidad del progreso profesional del funcionariado dedicado a este arduo trabajo.
Especial La Prensa, Ciudad Panamá