¡Lo héroes mueren de pie! Gracias Sele

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Edgar Fonseca, editor

Escribo mientras no terminan de saltar en mis sentidos las imágenes de ese trepidante partido que le jugaste a la poderosa Alemania.

A la que encaraste con hidalguía.

Con bravura.

Con irrespeto.

A la que arrodillaste en aquellos cinco minutos locos mundialistas.

En los que brotó lo mejor que te conocemos, del talento, de la picardía y del oficio del amado fútbol de nuestras vidas.

Cinco minutos en que la FIFA se rendía a tus pies al encabezar ese llamado “grupo de la muerte” en que hiciste entrar en pánico, de lejos, también a España.

Gracias Sele, porque te vienes de Catar 2022, con la frente en alto.

Aspiraste a más, a mucho más, pero el fútbol es de resultados.

Tampoco pasaste a octavos en Rusia 2018, en uno de tus más magros desempeños.

Me quedo con lo que nos has dejado tras Catar.

Porque para llegar a allá sorteaste tempestades.

Y, gracias a tu reciedumbre, supiste cazar el último boleto de un repechaje intercontinental.

Para desconsuelo de la legión de tus detractores y de los incrédulos.

Y en este Mundial nos arrancaste el corazón en tu debut.

Pero supiste levantarte y encumbrarte ante los temibles samurai azules, cuando muchos te daban por enterrada.

Y este jueves acariciaste la gloria en un choque de locos. Salvaje, dice la prensa alemana.

Lo hiciste con arrojo, quizá sin guardar más precauciones de las debidas en momentos cruciales.

Con el mismo arrojo con que desafiaste a esa deidad germana aquel 9 de junio de 2006 en el Allianz Arena de Munich al debutar en tu tercer mundial, con idéntico marcador.

Gracias Sele.

Regresas con la frente en alto.

Con las maletas cargadas de lecciones, de experiencias de vida, como dice Celso Borges, legionario de mil y más batallas.

Sobrarán los análisis, las críticas de los “expertos”, y las andanadas arteras.

Pero nada te quitará el rico botín acumulado de maduración que te deja este mundial de vértigo para encaminar a la nueva camada que tuvo un bautizo de fuego sobre las arenosas canchas cataríes.

¡Los héroes mueren de pie!